River cerró ante Arsenal de Sarandí un semestre en el que no consiguió los objetivos buscados y cosechó un porcentaje muy bajo de efectividad entre el Torneo Transición 2016 y la Copa Libertadores. En esta nota, todos los números que explicar el flojo andar del equipo del Muñeco.
Fue de mayor a menor. De la ilusión, a la decepción absoluta. Es que el último campeón de la Copa Libertadores comenzó este 2016 con la expectativa de reiterar lo conseguido en el inolvidable 2015, y comenzó de la mejor manera, con triunfos en los superclásicos del verano y dos goleadas en el inicio de ambos torneos: 5 a 1 frente a Quilmes por la primera fecha del Torneo Transición y 4 a 0 ante Trujillanos en Venezuela, en el debut en la Zona 1 de la Copa Libertadores.
Sin embargo, el andar de River se fue desfigurando. En el torneo local recibió dos cachetazos consecutivos, ante Belgrano en Córdoba y Godoy Cruz en el Monumental. Justamente ahí comenzó la rotación del plantel y nunca más volvió a meterse en la pelea. En la Copa, los resultados fueron un poco más alentadores, aunque el rendimiento estuvo bastante lejos de lo ideal. Más allá de la goleada ante The Strongest, no pudo con Sao Paulo en ninguno de los dos partidos del grupo. El único rival que parecía ser medida.
En total, fueron 24 los partidos disputados por el millonario: 8 triunfos, 8 igualdades y 8 derrotas. 39 goles a favor y 31 en contra, contabilizando los dos certámenes. El porcentaje de efectividad fue de 44,4%.
En la Copa Libertadores, el conjunto de Marcelo Gallardo disputó sólo 8 partidos: festejó en 4 ocasiones, empató 2 y se fue con las manos vacías en otros 2 encuentros. Marco 18 tantos y recibió 9. Obtuvo el 58,3% de los puntos.
En el torneo local, sólo consiguió 4 victorias sobre 16 fechas. ¿El resto? Empató en 6 oportunidades y cayó en otros 6 partidos. 21 goles a favor y 22 en contra. Conquistó apenas el 37,5% de los puntos en disputa.
