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RODRIGO MORA VOLVIÓ A JUGAR COMO DELANTERO. (IMAGEN: Gety)

Tras igualar sin goles en los 90 minutos, el elenco millonario cayó frente a Sao Paulo en la definición por penales. Gonzalo Martínez y Matías Moya erraron en la tanda desde los doce pasos.

River quedó en la puerta de otra final. Esta vez no pudo. Esta vez, los penales le dieron la espalda, en una Florida Cup que sirvió hasta aquí como un banco de pruebas, tanto de nombres como de sistema.

En la primera etapa, el millonario mostró su peor faceta. A los dos minutos de juego, Facundo Medina cometió una infracción infantil sobre Bruno dentro del área y Sao Paulo se encontró con un penal casi desde el vestuario. Sin embargo, Enrique Bologna se puso el traje de Barovero y le contuvo el penal al peruano Cristian Cueva.

Más allá de la chance que desperdició, el elenco paulista controló las acciones de juego durante buena parte de esos primeros 45 minutos. River, deshilachado de mitad hacia arriba y desordenado en el fondo, sufrió cada vez que Sao Paulo recuperó y atacó con verticalidad. Araujo, debajo del arco, erró a los 16 minutos la situación más clara del encuentro. Seis minutos después, Andrés Chávez quedó mano a mano con Bologna y el arquero de La Banda tapó con el pie.

Lo poco bueno de River se vio cuando aparecieron Denis Rodríguez y Tomás Andrádez. No prosperaron cuando abusaron del juego individual, pero cuando conectaron, lograron incomodar al fondo del equipo de Rogerio Ceni. Al menos, por pasajes. Lo mejor fue un remate de Denis Rodríguez, que alcanzó a desviar su tocayo Denis por encima del travesaño.

Más allá del juego, que mejoró considerablemente en el complemento con algunas sustituciones, a Marcelo Gallardo se le borró la sonrisa cuando perdió a dos de sus jugadores. De entrada, Iván Alonso sintió una molestia muscular y pidió rápidamente el cambio. En el inicio del segundo tiempo, Denis Rodríguez realizó un mal movimiento con su rodilla izquierda y también preocupó a todos. Fundamentalmente, por sus dificultades para caminar y las lágrimas en sus ojos.

Las lesiones obligaron a cambiar. Y el Muñeco no sólo apostó a otros nombres, sino también a otro dibujo. Volvió a establecer una línea de cuatro defensores en el fondo, con Mayada, Montiel, Mina y Medina. En el medio ingresó Nacho Fernández para acompañar a Arzura, Matías Moya para acompañar al Pity Martínez en la creación, y ahí River comenzó a parecerse más al del 2016, con mucha presión alta y el juego bien volcado hacia las bandas. 

Cuando el partido culminaba, Gonzalo Martínez tuvo en sus pies una oportunidad de torcer la historia, pero el travesaño impidió festejar. La historia se estiró hasta los penales, donde Sao Paulo fue más preciso y terminó imponiéndose 8 a 7, tras los yerros del Pity y el juvenil Matías Moya. Ahora, el Más Grande cerrará su participación ante el Vasco Da Gama por el tercer puesto del certamen.