Ante las lesiones y la doble competencia, Auzqui tiene todo para ser “el primer suplente” de este River que va por todo. Condiciones, tiene.
La realidad es que nadie pedía a gritos a Carlos Auzqui en el último libro de pases y que nadie saltó en una pata cuando firmó el contrato, sin embargo, dentro de todo lo que había a mano y, luego de varias negativas de jugadores que pidió Marcelo Gallardo, el ex Estudiantes de La Plata era de lo mejorcito del medio local.
Llegó como volante por afuera-delantero, puestos en los que River necesitaba tener recambio, y quizás esa polifuncionalidad sea su distintivo y lo que hizo terminar de convencer al cuerpo técnico, porque está claro que el jugador de 26 años, más allá de buenos o malos rendimientos, se adapta muy bien a ambas posiciones.
Tanto en el Pincha como en este corto paso por el Millo ha mostrado despliegue, técnica, sacrificio, desborde, destellos de buen pie y llegada al área rival, aunque se nota que está acomodándose al mundo riverplatense, y que va de menor a mayor. Antes de su conquista frente a Gimnasia tuvo posibilidades de marcar, incluso en La Boca, lo que hubiese cambiado en un abrir y cerrar de ojos su lugar en la historia del club.
Ya con varios minutos en el lomo, con la doble competencia de Torneo y Copa Libertadores y ante la lesión de jugadores de ataque (sobre todo de Rodrigo Mora), Auzqui tiene la chance inmejorable de convertirse en ese primer suplente. Tiene condiciones. ¡Vamos Carlitos!
