En un partido opaco y con pocas emociones, River Plate y Rosario Central igualaron sin goles en un Monumental repleto. Así, el equipo de Marcelo Gallardo dilapidó la chance de descontarle al eterno rival y ya no depende de sí mismo.
«Esta noche cueste lo que cueste / esta noche tenemos que ganar», fue el grito de guerra que entonó el Monumental cuando Fernando Rapallini dio el pitazo inicial. Con el resultado de Huracán-Boca, River tenía la gran chance de seguir descontando unidades y dejar por un momento la calculadora en el cajón del escritorio. Pero sólo se quedó en el intento.
Es que al equipo de Marcelo Gallardo no le salió prácticamente nada. Fue superado por Rosario Central en el primer tiempo, que con un planteo audaz le quitó el balón y jugó bastante lejos de su arquero. A decir verdad, no se registran situaciones de gol netas para el millonario en esos primeros 45 minutos.
En el complemento, se dio la situación inversa. La Banda salió decidido a presionar al Canalla, y en parte lo logró. Es que Central retrocedió algunos metros en el campo y perdió la iniciativa. Y River, con más empuje que brillo colectivo, por momentos atropelló. Sebastián Driussi estrelló un remate en el palo. El Ruso Rodríguez le ahogó el grito a Lucas Alario. Otra vez Driussi estuvo cerca de anota pero frente al arco y de cabeza. No mucho más.
«Fue un partido horrible para mi gusto»; dijo Marcelo Gallardo en la conferencia de prensa posterior. Y tiene razón. El millonario retrocedió desde el juego y tampoco lo acompañó el resultado. ¿Si el punto sirve o no sirve? Sólo lo sabremos en el final del torneo.
