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POR UBALDO KUNZ

Al igual que en las dos fechas anteriores, Cirigliano fue el primer cambio que dispuso Almeyda. De flojo rendimiento, esta vez salió en el entretiempo. Seguirá entre los titulares. ¿Saldrá a la cancha el próximo domingo contra San Lorenzo?

Ni el «tirón de orejas» de la semana ni los trabajos que realizó especialmente con Almeyda surtieron efecto. Nuevamente el volante de River volvió a tener un partido malo, Desconocido, errático, hasta por momentos fastidioso con él mismo por ver que las cosas no le están saliendo bien. La clara muestra de este mal momento se dio en el entretiempo, ya que con el ingreso de Ariel Rojas para el complemento, Cirigliano se fue rápidamente a las duchas.

De todos modos, más allá del flojo rendimiento, hubo un cambio desde lo táctico, porque el ingreso de Rojas le permitió a Lanzini a jugar como enlace suelto de mitad de cancha hacia arriba, y a Leo Ponzio a tener que hacerse dueño y señor del mediocampo como único volante central. Aunque cuando River perdía la pelota, el 10 solía tirar bien al medio casi como un doble cinco, aunque con más libertad a la hora de salir,

Si bien es cierto que no hubo un cambio sustancial en el funcionamiento del equipo, puede ser el comienzo del tan mentado 4-3-1-2 que el entrenador millonario dijo que iba a poner en práctica cuando el equipo se soltara un poco más y agarrara confianza. A la vista de los resultados y con el bajo rendimiento de Cirigliano sostenido en estas tres fechas, el cambio de esquema es una posibilidad que se abre y se torna cada día más concreta.