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(Enviados Especiales) River venció 2 a 0 a Boca en Mendoza y se quedó con la Supercopa Argentina 2018. Los tantos para el Más Grande los anotaron Gonzalo Martínez de penal e Ignacio Scocco. ¡Triunfazo para la historia!

River volvió a ser River. En el partido que debía serlo. En el encuentro que tenía que reaparecer. Ante el rival de toda la vida. Y en una final que espero cuarenta y dos años para darle una revancha al millonario.

El equipo del Muñeco dio la talla. Sobre todo en ese arranque de partido furioso. Mostró los dientes y reafirmo su identidad de equipo combativo. Cómo en las recordadas eliminaciones cooperas en el 2014 y 2015.

A los ocho minutos, cuando los equipos todavía estaban acomodándose en cancha, Edwin Cardona derribo a Nacho Fernández dentro del área y Loustau, al lado de la jugada, no dudo en sancionar penal. Gonzalo Martínez, un especialista en la materia, anotó el 1-0 para La Banda con un zurdazo bien colocado junto al palo.

Los de Gallardo, empujados por la ventaja, comenzaron a ganar los duelos individuales, sobre todo en la mitad de la cancha. Con los caminos cerrados, Boca comenzó a caer en balones largos y bochazos al área, casi siempre bien resueltos por la última línea millonaria.

En el complemento, el elenco de los Mellizos llegó con más claridad en los primeros minutos. Tuvo a los dos minutos una chance neta en los pies de Pavón, pero entre el manotazo de Franco Armani y el travesaño salvaron al Más Grande.

A los 23′, Armani volvió a ser el gran protagonista de la noche. En primer término, le contuvo un mano a mano a Frank Fabra. Tras el rebote, contuvo con el pie un remate de Nahitan Nández. A esta altura, ya era la figura de River.

Tras el córner, llegó la contra y la segunda emoción de la noche. Nacho Fernández escapó por la punta derecha hacia el medio, volvió a abrir hacia la derecha con Gonzalo Martínez y el Pity, luego de un doble enganche, descargo al punto penal para que Nacho Scocco empujara de primera. El manual del contragolpe. Golazo de River.

De ahí, el elenco del Muñeco apostó a achicar las líneas en los últimos metros y aprovechar los espacios que dejaba el xeneize. Pudo ampliar la ventaja, también sufrir el tanto del descuento. Nada de eso ocurrió.

River se quedó con un superclásico histórico. De esos que se recordarán por muchísimo tiempo. ¡Bienvenida sea la hora de la resurrección!