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DANIEL ONEGA, MANO A MANO CON LA MÁQUINA RADIO.

(INCLUYE VIDEO) Daniel Onega habló mano a mano con LA MÁQUINA y mencionó varias anécdotas que pintan de cuerpo entero lo que era Angelito Labruna. Además, reveló que el «Feo» fue el DT que lo puso a jugar como enganche cuando River vendió a su hermano Ermindo y destacó su capacidad para transmitirle confianza a sus dirigidos.  

El homenaje a Don Ángel Labruna contó con la presencia de un ex-futbolista que tuvo al Feo como DT en su primera etapa como entrenador. En diálogo con LA MÁQUINA, Daniel Onega se mostró feliz por participar del homenaje al máximo ídolo de La Banda: «Acá es como si estuviera en mi casa. Empecé en este club a los 13 años, todavía hoy sigo ligado después de jugar tantos años. Encontrarme con tanta gente conocida, participando de este homenaje merecido a Ángel. Tuve la suerte de ser dirigido por él tres años, tengo el mejor de los recuerdos», señaló.

En coincidencia con los otros protagonistas, Daniel Onega destacó su aspecto ‘proteccionista’ y su vocación como motivador: «Era muy afectuoso con sus jugadores. Además era un ganador y te hacía sentir a vos un ganador, vos eras el mejor. Me tocaron otros entrenadores que pensaban mucho más en los rivales, en el jugador que te iba a marcar, buscar las virtudes de ese y no las tuyas. En cambio, Ángel no», indicó.

Entra una de las tantas anécdotas, el menor de los Onega reveló una charla que tuvo con Angelito cuando decidió retrasarlo unos metros en el campo de juego: «Él me cambio de posición cuando River vende a mi hermano Ermindo a Peñarol. el club había adoptado una política de austeridad, no iba a comprar jugadores. Yo había jugado toda la vida de 9, pero me dijo que me veía con la posibilidad de reemplazarlo y que me podía adaptar a ese puesto. Yo le dije que si juego mal dos partidos, que no me pase. Él me dijo que me iba a respaldar, era una de las grandes virtudes de él. A partir de ahí jugué como enganche y terminé toda mi carrera como enganche», relató.

Por su parte, Daniel recordó cómo vivía Angelito la previa de un superclásico: «Era un gran admirador del turf. En las charlas previas a los partidos con Boca, viniera como viniera, decía que íbamos a ganar y que ellos iban a entrar quintos y pegando, como si estuviera viendo una carrera de caballos», afirmó entre risas.

En cuanto a su fuerte personalidad, Onega reconoció: «Era muy pasional, peleador. Si a cualquiera de nosotros nos decía algo, era el primero que venía defendernos. Soy un agradecido en todos los aspectos a este club y a todos los entrenadores que tuve. Para mí, Labruna y Renato Cesarini fueron los mejores entrenadores que tuve», resaltó.

Por útlimo, Daniel Onega explicó que significa el millonario en su vida: «Toda mi familia siempre estuvo identificada con River. Hoy mis hijas, la familia de mi señora. En mi casa no se habla de otra cosas que de River», concluyó.