Marcelo Gallardo agradeció el cariño de la gente en pleno partido y saludó a los hinchas con un puño en alto. Gestos que dicen mucho en la previa de otro gran desafío para el entrenador del Millo.
El partido ante Aldosivi no ofrecía demasiado. River ya había conseguido el gol del triunfo, hasta ese instante parcial. Por eso, el foco pasó a instalarse en la CONMEBOL Libertadores. «En la Copa cueste lo que cueste, en la Copa tenemos que ganar…», fue el grito de guerra que unió a la Sívori, la San Martín, la Centenario y la Belgrano en un mensaje claro.
A esta altura, lo que pasaba en el verde césped del Monumental pasó a segundo plano. El protagonismo lo asumieron los hinchas, que inmediatamente entonaron otro de sus cánticos habituales: el «Muñeeeeeco, Muñeeeeeeco» bajó al unísono de los cuatro costados. Y desde el banco no llegó en tardar la respuesta.
Marcelo Gallardo entendió que el mensaje de la gente. Por eso, su reacción inmediata fue levantar el puño y apretarlo bien fuerte. Como si fuera un gol, un triunfo o un nuevo título. No se trató de nada de eso. Fue una inyección de fe, de confianza, de creer que se puede. Fue una manera de decirle a esos 45 mil hinchas que su equipo no va a defraudarlos. Fue un ‘nos vemos en Brasil’. Con el puño lleno de ilusión.
