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EL MUÑECO PIDIÓ GUARDIA ALTA…MÁS ALTA QUE NUNCA (IMAGEN: Getty)

La CONMEBOL sancionó a Marcelo Gallardo por ingresar treinta segundos tarde a disputar el segundo tiempo ante Gremio, en la ida que se jugó en el Monumental. En esta nota, repasamos todos los castigos que recibió el Muñeco. ¿Hay una persecuta hacia él?

El odio de la Conmebol hacia Marcelo Gallardo nació el 12 de marzo de 2015. River igualó esa noche 1 a 1 ante Juan Aurich en Chiclayo. Marcelo Gallardo, disgustado por el arbitraje del paraguayo Julio Quintana, le gritó al juez que era un «sinvergüenza». La Confederación Sudamericana de Fútbol consideró esa palabra como un insulto o agravio, por eso sancionó con dos fechas al entrenador del equipo de Núñez.

La historia se repitió un par de meses después. En la primera final disputada en Monterrey, el Muñeco protestó enérgicamente por una mano casual de Lucas Alario en la mitad de la cancha. El cuarto árbitro, casualmente el mismo Julio Quintana que lo informó en Perú, fue el que le marcó al juez principal, su compatriota Antonio Arias, que había reclamado en forma desmedida y lo mandó al vestuario a los 27 minutos del segundo tiempo. Por este motivo, no pudo estar en el banco ante Tigres en el Monumental ni vivir la consagración en la final de la Copa Libertadores desde adentro.

Dos años después, el ente máximo del fútbol sudamericano volvió a la carga. En octavos de final, Conmebol sancionó al entrenador de River por el ingreso tardío de su equipo para disputar el segundo tiempo ante Racing en la ida, disputada en Avellaneda. El Muñeco tuvo que mirar la victoria por 3-0 ante La Academia desde un palco de la tribuna San Martín media.

Esta noche, Napoleón pagará su quinta sanción por Copa Libertadores. Como hubo reincidencia ante Gremio y River regresó al campo de juego 30 segundos más tarde de lo previsto para disputar el complemento, otra vez Gallardo deberá vivir el partido desde una tribuna. Además, deberá pagar 1500 dólares de multa, mientras que el club deberá abonar 20.000 en moneda estadounidense. A esta altura, ya parece un chiste de mal gusto por parte de la Conmebol.