(EMIRATOS ÁRABES – ENVIADOS ESPECIALES) River cayó en la definición por penales luego de igualar 2 a 2 ante el Al Aín, por la semifinal del Mundial de Clubes. Los dos tantos los convirtió Rafael Santos Borré. Más allá del dolor por la derrota, no nos alcanzan las palabras para expresar tanta gratitud a este plantel y cuerpo técnico. Haremos el intento.
No habrá crónica, análisis ni evaluación futbolística de este partido que acaba de culminar ante el Al Ain en Emiratos Árabes. Es que más allá de la derrota, dolorosa por cierto, no nos sale otra cosa que decir gracias. GRACIAS ETERNAS. El hincha de River entenderá el por qué.
Llegamos hasta acá con la ilusión de alcanzar la cima del mundo. Creemos en lo que puede dar este equipo y cuerpo técnico. Envalentonados, hasta sospechamos que podíamos vencer al Real Madrid en la final. Los penales nos despertaron en medio del sueño y nos devolvieron a la cruda realidad del fútbol sudamericano. Una verdadera lástima.
¿Reproches? No cabe ninguno. Por esta vez no nos vamos a meter en el planteo ni en el rendimiento de los jugadores y ciertas carencias que evidenció el equipo del Muñeco. No lo vamos a hacer por contexto, por el momento, porque tenemos el corazón lleno de felicidad. No lo haremos porque venimos de ganar el campeonato más importante de nuestra historia y la Copa Libertadores más trascendente desde su creación a la fecha.
No somos conformistas. Sabemos como nadie que esta camiseta y su historia exigen. Siempre. Pero si nosotros todavía seguimos borrachos de felicidad, celebrando la alegría máxima de nuestra vida (deportivamente hablando), ¿cómo no vamos a comprender la resaca que todavía tienen los protagonistas de la gesta más grande de la historia? Si nos ponemos por un segundo en ese lugar, es imposible que no afecte desde lo emocional.
Desde que River llegó a Emiratos no pudo estabilizarse desde lo mental. Pocos durmieron de corrido. Muchos se levantaron exaltados en el medio de la noche y luego no pudieron pegar un ojo. Hubo retos de Marcelo Gallardo (puertas adentro) hacía varios futbolistas que parecían desconectados, idos, con la cabeza en otro lado. ES NORMAL. Todos, ellos y nosotros, estuvimos así durante todos estos días.
Del partido dijimos que no vamos a hacer ningún análisis. Si lo tuviéramos que hacer, nos costaría muchísimo. Si se jugaba una semana después estamos convencidos que River lo ganaba. Ya está. Las cosas se dieron de esta manera y no hay lugar para lamentos. Solo agradecimiento, gratitud y una sonrisa de oreja a oreja. Sí, River acaba de perder con Al Ain, pero somos felices. Lo estaremos por mucho tiempo.
¡ETERNAMENTE GRACIAS RIVER!
