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LA RESURRECCIÓN FUTBOLÍSTICA DE NICO DE LA CRUZ (IMAGEN: Getty)

Nico de la Cruz cambió murmullos por halagos. El jugador le atribuye esta metamorfosis a la confianza que le dan sus compañeros y el cuerpo técnico. Llegó a cinco goles en los últimos seis partidos y esta respondiendo de gran forma cada vez que se lo necesita. ¿Qué se modificó en su cabeza o en su juego para alcanzar este nivel esperado? En esta nota te contamos todo lo que tenés que saber sobre el gran momento que atraviesa el uruguayo.

Nico De La Cruz llegó a River en el mercado de pases de invierno de 2017 procedente de Liverpool de Uruguay por una suma cercana a los 3 millones de la moneda norteamericana por el 30% de su ficha. El oriental llegó al millo tras ser capitán, campeón y referente de la selección sub-20 de su país en el Sudamericano disputado en Ecuador. Gran remate de media distancia, buena técnica y velocidad, sus características principales. Y como detalle no menor, traía en sus genes la sangre de Carlos Sánchez, de gran paso por el conjunto de Napoleón.

Todo lo nombrado anteriormente le jugó en contra al joven volante, ya que en sus primeros partidos no se «enganchaba» con el equipo. Físicamente perdía todas las pelotas que iba choque, lo que generaba la impaciencia y el murmullo del hincha cada vez que ingresaba al campo de juego.

Vino como un posible reemplazante de Gonzalo Martínez por sus características físicas y futbolísticas, y corrió la misma suerte que el Pity en su primera etapa, pero que a base de buenos rendimientos y sus goles a Boca pudo revertirlo.

Hoy De La Cruz se transformó en la primera alternativa cuando el equipo necesita juego. Viene de unos primeros meses en crecimiento, siendo el partido con Inter en Porto Alegre, su punto de inflexión, cuando ingresó y tras un tiro libre ejecutado de forma magnifica puso el empate en el marcador, de ahí en más cada ingreso fue positivo.

Todo atribuido a la confianza a la mano del técnico y a sus compañeros, el presente de Nico ilusiona a todos. Hace que extrañemos un poquito menos a Quintero, su despliegue y la forma de posicionarse en el campo. Son un aditamento que el le atribuye directamente al cuerpo técnico, a quien cada vez que puede llena de elogios.

Este no es el primer caso en la era Gallardo que un jugador revierte completamente su historia de amor con el hincha. Pity Martinez, Gonzalo Montiel en sus comienzos, Santos Borré y Milton Casco son los casos más significativos en donde se ve mucho el cambio de mentalidad y confianza, donde se cambian los insultos por elogios, la puteada por el aplauso y  ¿quien dice? que hasta por un «uruguayo-uruguayo».