Isotipo_Figuras3
LOS HINCHAS RECONOCIERON EL GRAN PARTIDO, MÁS ALLÁ DE LA ELIMINACIÓN (IMAGEN: Getty)

El millonario goleó a Atlético Tucumán 4 a 1 en el Monumental, pero no alcanzó para clasificar a las semifinales de la Copa Argentina por el gol de visitante. Ignacio Fernández, Lucas Pratto por duplicado y Matías Suárez marcaron los goles para el Más Grande, mientras que Javier Toledo descontó para el Decano. Los hinchas de River despidieron al equipo con una ovación pese a la eliminación.

¿Cómo explicar que River jugó un partido inolvidable y no le alcanzó? ¿Cómo entender que a pesar de la goleada y el baile histórico que le pegó el millonario al Decano, se quedó con las manos vacías y se despidió de la Copa de la Superliga? ¿Por dónde empezar el análisis cuando hubo un solo equipo en el campo de juego, pero el que se fue festejando fue otro?

River apabulló a Atlético Tucumán desde el vamos. Se lo llevó puesto. Lo comió desde la presión, la búsqueda, la intensidad. Le mostró los dientes de entrada. Ya antes de los cinco minutos había llegado con un remate desde media distancia de Milton Casco, el hombre que regresó y fue figura. Su derechazo se fue un poco ancho, pero era un anticipo de lo que vendría.

A los 14 minutos, el equipo de Marcelo Gallardo configuró desde un salida prolija desde el fondo lo que sería el primer grito de la noche. El que la inició fue Camilo Mayada, que escaló por la derecha a pura gambeta y combinó con Exequiel Palacios. El Tucu jugó con Pratto, que metió un pase de primera al vacío para el pique Matías Suárez. El cordobés la aguantó, espero que llegara un compañero al área y tocó al medio para Mayada. El uruguayo levantó la cabeza y buscó a Ignacio Fernández, que definió de taco y marcó el 1 a 0. La transición defensa-ataque se dio en sólo 13 segundos. No necesitó más para construir un verdadero golazo.

A los 39 minutos, el campeón de América estuvo muy cerca de anotar el segundo, a través de otra gran maniobra colectiva. Fue el momento que Nico De La Cruz cambió de la banda izquierda a jugar por el otro sector. Allí apareció por sorpresa, tocó para Exequiel Palacios, el Tucu abrió para Casco y Milton pinchó una pelota fantástica para el ingreso de Palacios por las alturas. El #15 de River quiso colocar la pelota de cabeza por encima del cuerpo de Lucchetti, pero la pelota dio en el poste y volvió a las manos del arquero Decano.

Lejos de resignarse, los soldados de Napoleón fueron por más. A los 40 minutos, en una jugada enmarañada en la que Cabral, Sbuttoni y Leyes se molestaron entre sí y dejaron la pelota viva dentro del área, apareció Lucas Pratto para definir por debajo del cuerpo de Lucchetti y poner al millonario a sólo un gol de empardar la serie. Así se fueron al descanso, con un solo equipo en cancha, que mereció muchísimo más que ese 2-0 parcial.

En el complemento sucedió algo que parecía impensado por el desarrollo de la primera etapa. A los 4 minutos, Leandro Díaz anticipó en el primer palo y Javier Toledo apareció por el segundo en soledad para empujar el balón y marcar el descuento. Un gol de visitante que obligaba a River a convertir tres goles más.

El elenco del Muñeco, lejos de sentir el impacto, siguió buscando con la misa firmeza y convicción. Y volvió a meterse nuevamente en partido a los 11 minutos, gracias un cabezazo de Pratto que dio en el poste. Tras el rebote, Nico De La Cruz metió el centro atrás y Matías Suárez definió de zurda.

Un minuto después, Nacho Fernández lanzó un tiro libre al corazón del área que alcanzó a peinar Matías Suárez. Lucchetti, a puro reflejo, logró despejar el cabezazo cuando parecía que se metía por el segundo palo.

A los 32 minutos, los de Núñez volvieron a la carga con otra chance clarísima sobre el arco tucumano. Camilo Mayada llegó al fondo, engancho, tiró el centro con la pierna zurda y encontró a Rafa Borré, que ganó de cabeza pero el balón dio en el travesaño. Nadie podía creer todas las chances que dilapidaba River.

Cuando parecía que el millonario se quedaba sin resto físico, llegó al cuarto gol a través de un tiro de esquina preciso de Nico De La Cruz y un cabezazo del Oso Pratto. Revivió River, que estaba a un gol del milagro.

En los minutos finales, los de Gallardo probaron con algunos remates desde afuera. Primero con una escalada de Lucas Martínez Quarta, más tarde con Leonardo Ponzio. En la primera Lucchetti dio un rebote largo que no alcanzó a capturar Borré. En la segunda, el Laucha contuvo sin inconvenientes.

No alcanzó para torcer la historia y lograr la clasificación a semis, pero los hinchas aplaudieron de pie y reconocieron el gran partido que hizo el Más Grande. Pese a la eliminación, fue una exhibición de fútbol, entrega y amor propio. Siempre dando el máximo. Siempre de pie, River.