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BASCUÑÁN ACUDE AL VAR ANTES DEL PENAL COMETIDO CONTRA LUCAS PRATTO (IMAGEN: Olé)

El árbitro del partido no sancionó dos claros penales en favor de River a instancias del VAR. Dos buenas: la tecnología permitió anular un gol en off side -finito- de Cruzeiro y sancionar la falta dentro del área contra Lucas Pratto que luego desperdició Matías Suárez. 

Volvió la Copa Libertadores, y con ella los errores, las polémicas y las sospechas de siempre. Y dentro de esa insana costumbre, el VAR tuvo un protagonismo central en el empate de River y Cruzeiro en el Monumental.

Iban apenas dos minutos del complemento cuando el millonario quedó mal parado y Marquinhos Gabriel quedó mano a mano con Franco Armani. El delantero definió contra un palo y convirtió el 1-0 para la visita, pero el juez de línea decidió levantar inmediatamente la bandera y anular el tanto. Segundos después, luego del chequeo del VAR, terminaron convalidando la decisión del lineman por un adelantamiento muy fino, pero off side al fin de cuentas.

Sin embargo, no todas fueron aciertos para la terna chilena y sus colegas del VAR. A los 31 minutos del segundo tiempo, Gonzalo Montiel intentó una pirueta dentro del área, Dedé hizo un movimiento brusco y terminó dándole un pisotón al defensor de River dentro del área. El jugador quedó tendido por el dolor y se esperó lo mejor. Ni Bascuñán no los encargados de revisar la jugada desde afuera advirtieron el clarísimo penal para el millonario.

A falta de tres minutos, la polémica se hizo dueña de otra jugada dentro del área de Cruzeiro. El arquero Fábio alcanzó a despejar un cabezazo, la pelota rebotó en la pierna de Luis Orijuela y luego en un brazo extendido, que ampliaba volumen y que de acuerdo a las nuevas recomendaciones de la FIFA debe ser sancionado como penal. Para el arbitraje fue «siga, siga».

La tercera fue la vencida y esta vez la tecnología sí colaboró. Se jugaba el último minuto de descuento, córner para River, agarrón de la camiseta contra Lucas Pratto y llamado desde el VAR para revisar una jugada que no dejaba lugar a ningún tipo de interpretación. Fue penal bien sancionado. Segundos después, Matías Suárez lo desperdició.