(ASUNCIÓN – ENVIADOS ESPECIALES) Maniobras, operaciones, viajes relámpagos y cosas raras en la previa de otro partido clave para las aspiraciones del millonario en la Copa Libertadores. River, con la guardia más alta que nunca.
El clima está enrarecido. El aire está algo espeso. Desde que River arribó a Asunción, hay algo en el ambiente. Un «no sé qué» difícil de explicar con palabras. Indicios. Miradas. Cierta hostilidad. Como la que recibimos los medios que viajamos desde Argentina para cubrir el partido y recibimos como respuesta que «no hay lugar» en la Nueva Olla. Claro que después de insistir y apelar a la buena fe del Departamento de Prensa del club de Núñez, aparece la solución y como arte de magia, ahora sí hay lugar.
Anoche, cuando arribábamos a Asunción, nos enterábamos a través de varios colegas locales que Daniel Angelici estuvo hasta pocas horas antes de la llegada de la delegación millonaria en el mismo hotel, frente a la sede de CONMEBOL. Y no sólo eso: el presidente de Boca Jrs. se reunión con Alejandro Domínguez, presidente del ente que regula el fútbol sudamericano. ¿En concepto de qué? Sobran motivos para sospechar que la reunión sirvió para limar algunas asperezas, más allá de las cuestiones que atañen a la AFA, la Selección Argentina y lo sucedido con Chiqui Tapia luego de la última Copa América.
Para colmo, a un ex-dirigente de Cerro Porteño disfrazado de fiscal se le ocurrió esta mañana desempolvar una vieja causa por una trifulca en la final de la Copa Libertadores Sub-20 que involucraba a Nicolás De La Cruz. Se les escapó el detalle que el uruguayo regresó al territorio guaraní en el 2017 para disputar un amistoso con su selección. Se acordó hoy, justo hoy, a horas de una definición de cuartos de final.
Marcelo Gallardo fue cuestionado por muchos colegas cuando deslizó que había que mantener «la guardia alta». Lo trataron de llorón, de irresponsable, de paranoico. Sin embargo, pasaron cosas «extrañas» desde que lanzó esa advertencia. Suspensiones a granel, una prohibición para ingresar al estadio en una final…¡hasta un allanamiento policial en la previa de ese partido! De repente, el periodismo de espectáculo se mete para hablar de su vida privada y esta mañana se desayunó con la orden de detención para Nicolás De La Cruz. Muchas casualidades, demasiadas, y casi todas en la previa de partidos importantes. Algo huele mal y todos, absolutamente todos, suponemos de dónde viene ese olor tan nauseabundo.
