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¿LA SINFÓNICA DE NÚÑEZ? CADA DÍA SUENA MEJOR.

River dio otro concierto más. El que lo sufrió esta vez fue Huracán, en Parque Patricios. El millonario le ganó 4 a 0 dando una exhibición futbolística y achicó la diferencia con el puntero San Lorenzo, que perdió en Santa Fé.

Parecía que el partido que River había tenido con Racing era difícil de repetir, pero el conjunto dirigido por Marcelo Gallardo lo volvió a hacer. Esta noche, ante Huracán y en el Tomás Adolfo Ducó, volvió a demostrar por qué es uno de los mejores equipos del continente.

En la primera parte del partido, tuvo a River con el control absoluto del partido. Movió la pelota de lado a lado y encontró en sus laterales, salida constante. Casco se proyectó por todo el frente de ataque y fue un delantero más. Tal es así que el primer gol vino por su factura, con un desborde de Nacho Fernández tras una gran jugada con caño incluido, suelta un pase a Montiel que envió el balón al corazón del área y Milton, que apareció como centro-delantero, definió de gran manera para abrir el camino de la goleada.

River era mucho más que su rival, jugando de manera exquisita, con un Exequiel Palacios descomunal, que se las dio siempre al pie a sus compañeros. Pensante, intuitivo y rápido para entregar la pelota, se hacía eje junto con Fernández. Nacho justamente fue el autor del segundo gol, que llegó tras un lanzamiento desde el punto del penal, que se cobró en forma posterior debido a que Bareiro tocó con la mano un remate que tenía destino de red.

Le quedaba mucho todavía a la visita, que sólo por malas decisiones en la finalización de la jugada no ampliaba a un más el marcador. Pero iba tanto y con peligro que antes de que terminara esa primera mitad, llegó el tercero, El tucumano Palacios tomó un rebote en la puerta del área, a la altura de la medialuna y esquinó un remate en el que el arquero de Huracán nada pudo hacer. Así, el millonario cerraba una primera etapa perfecta, goleando y jugando un fútbol de alto vuelo, Armani era un espectador de lujo y su entrenador casi que no había realizado indicaciones.

En el complemento, con el resultado puesto y cuando parecía que El Más Grande iba a jugar distendido por los tres goles de distancia, dejó claro que con este equipo no podés desconcentrarte nunca. Los dirigidos por Vojvoda perdieron una pelota en el medio por la presión del millonario, Milton Casco recuperó la pelota, jugó para Matías Suárez, y el cordobés dejó a Nicolás De La Cruz con el arco a su merced para sellar la goleada y convertir el cuarto.

De ahí en más el partido fue sólo de River. Los quemeros prácticamente no tocaron la pelota. Los de Núñez, le movieron la pelota por todo el campo y tuvieron más situaciones como para que el 4 a 0 quedara corto. Una de Borré en el palo y un mano a mano de Scocco fueron las que el equipo se generó para igualar el resultado obtenido con Racing, pero que no se pudieron concretar.

La noche en Parque Patricios mostró otra vez al River que estamos acostumbrados, ese equipo intenso y preciso, goleador y demoledor que incomoda a cualquier rival, logró tener mas de un 70% de posesión de la pelota y logró un sin fin de situaciones de peligro, es pura jerarquía.

Ahora viene Godoy Cruz por Copa Argentina, el miércoles en Lanús, ¿seguirá tocando la banda del Muñeco?