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EL AGUANTE DE RIVER. EN LAS BUENAS. EN LAS MALAS. SIEMPRE (IMAGEN: Prensa River)

Cerca de diez mil hinchas se acercaron al Monumental para darle la bienvenida al plantel y agradecer por todas las alegrías vividas a pesar de la derrota ante Flamengo. 

Todavía duele. Todavía molesta. Y probablemente, todavía llevará un tiempo más cicatrizar las heridas provocadas por esta final de Copa Libertadores que se escurrió de las manos en un puñado de minutos. Sin embargo, River está de pie. ¿Cómo no estarlo después de todos estos años? El arribo del plantel al estadio Monumental fue una demostración cabal que sobran las fortalezas anímicas para superar este mal trago e ir nuevamente por todo.

La Subcomisión del Hincha convocó a través de sus redes a una manifestación masiva de gratitud y reconocimiento para recibir al plantel millonario, que cambió a última hora el aeropuerto de destino y arribó al Aeroparque Jorge Newbery, a pocos kilómetros del estadio Monumental. Y la gente respondió, como siempre.

Cerca de diez mil simpatizantes del Más Grande se arrimaron a los alrededores del Antonio Vepucio Liberti para decir gracias. Al cuerpo técnico, a los futbolistas y a todos los que forman parte de este ciclo exitoso. No hizo falta un interlocutor. La gente vitoreó a todos ellos, en especial a Marcelo Gallardo, que fue el primero en bajar del micro y dirigirse hacia el vallado donde estaban apostados los hinchas.

«Gracias, por esta alegría / de ganarle a Boca, de salir campeón» fue el grito de guerra del pueblo millonario. Siguió el infaltable «Muñeco / Muñeco», para arrancarle una pequeña sonrisa a Marcelo Gallardo, todavía golpeado por el resultado del sábado. Entrenador y futbolistas alzaron los brazos, saludaron a la gente y retribuyeron el aliento del público. Ese que está en las buenas. Ese que está en las malas. Ese que está y estará siempre.