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(INCLUYE VIDEO) En diálogo con LA MÁQUINA RADIO, Tomás Lecanda hizo un repaso por todas las etapas que vivió en el club y se mostró feliz por su presente en Reserva, por haber firmado su primer contrato profesional y por volver a tener como entrenadores a Juan José Borrelli y Gustavo Fermani. Además, reconoció que imagina todos los días de su vida cómo puede ser su debut en Primera y explicó qué significa vestir la camiseta del Más Grande desde tan pequeño.

Llegó con edad de infantiles, hace casi diez años. Desde ahí y hasta el día de la fecha, nunca detuvo la marcha. Tomás Lecanda dialogó mano a mano con LA MÁQUINA RADIO y recordó cómo fueron sus inicios en el fútbol: «Arranqué a jugar en el 25 de mayo de Martínez, mi club de barrio. Me la pasaba día y noche ahí. Pasados los años apareció una persona que me preguntó si quería hacer una prueba en River. Tenía nueve o diez años. Obviamente acepté, pero lo viví más como una experiencia. ¿Quién iba a pensar que hoy iba a estar acá? Me tocó ir, jugué un par de partidos amistosos, en el primero metí un gol jugando de cinco. Fui creciendo, me tocó ir a algunos viajes y con el correr del tiempo me fui adaptando», indicó el defensor de la Reserva millonaria.

El destino y la lesión de un compañero hizo que Lecanda pasara de ser un volante central clásico a un férreo defensor: «Yo estaba jugando de cinco, en ese momento estaba compitiendo Rodrigo Garay. En un partido con Lanús, Tomi Núñez, que era central, se lesionó y Gustavo Fermani, el entrenador, me dijo si podía jugar de central por ese partido. Me fue muy bien, por suerte ganamos y en la semana me dijo que me quería dentro de la cancha, que si jugaba de cinco tenía que competir con ‘Carucha’ Garay y que si iba de central iba a jugar yo. De ahí en más, todo el progreso de mi carrera fue como central», reveló.

Tomi tuvo la chance de dar la vuelta olímpica en Pre-Novena con Gustavo Fermani y en Octava División con Jorge Gordillo. Su buen presente en las divisiones juveniles de River lo llevó a ser un habitual convocado en la Selección Sub-17, donde consiguió el título sudamericano en Ecuador en el 2019: «Era mi primer torneo internacional con la Selección, fue una gran experiencia. Era la primera vez la camiseta tenía mi apellido, la cancha estaba llena. Gracias a Dios pude jugar cinco partidos y salir campeón. Eso me dio mucha más confianza de lo que venía teniendo», reconoció.

Además, destacó las enseñanzas que le dejó Pablo Aimar, su entrenador: «Ahí aprendí muchos valores, como el respeto y la humildad. A él no le gusta mostrar sus videos ni las cosas que hacía. Es medio raro, por todo lo que ganó y logró, siempre se pone a la altura de los demás. Nosotros nos sentábamos en la mesa, teníamos que decir buen provecho, levantar nuestros platos, no podíamos tener el celular en la mesa. Esos son algunos ejemplos de los valores que nos inculcaron», aseguró.

El círculo perfecto comenzó a cerrarse poco tiempo antes de participar del Mundial juvenil. Más precisamente en octubre de 2019, cuando llegó un llamado al Predio de AFA que lo agarró desprevenido: «Pablo Aimar dijo que me tenía que ir de la concentración, que lo habían llamado de River y me tenía que volver al club. Me preguntaba qué había pasado, qué había hecho. Cuando llego a mi casa, me estaban filmando y me dicen que iba a firmar el contrato profesional. Fue fuertísimo, muy emocionante, justo estaba viviendo el mejor momento de mi carrera», expresó. Trato de demostrar que me lo merezco, de entrenar todos los días, de ser constante. Hay que demostrar que por algo fue. Por eso nunca dejo de entrenar. Siempre voy a estar agradecido al club de mi vida, que es mi casa», agregó.

¿Imaginás cómo puede llegar a ser el día de tu debut? «Lo imagino todos los días de mi vida», admitió. «De diferentes maneras. No sé cómo puede llegar a ser. Lo que sí quiero es que llegue. Sé que todavía falta, es un club muy grande y hay que aprovechar todas las oportunidades que lleguen. Trabajo para que llegue ese día, ojalá en algún momento de mi carrera pueda tener esa oportunidad», resaltó.

Para finalizar, explicó qué significa vestir y defender el Manto Sagrado desde tan pequeño: «Estoy desde chico, por eso se vive diferente. Me acuerdo de todo lo que pasé. Hoy que firmé un contrato profesional lo vivo de otra manera. Con el club voy a estar siempre agradecido. Además de jugar en el Más Grande, soy hincha y mi familia también. Por eso los goles y la pasión la vivo de otra manera. Me pasa que corto una pelota y me vuelvo loco. Lo vivo como un hincha y jugador. Vestir la camiseta de River y ser hincha es lo más lindo que te puede pasar como jugador y persona. ¿Qué jugador no quiere vestir la camiseta de su club, firmar un contrato, jugar en Reserva o entrenar con Primera?», concluyó.