Un día como hoy, hace 34 años, el Millonario vencía a América de Cali por la mínima diferencia en el estadio Monumental y se coronaba campeón de la Copa Libertadores de América por primera vez en su historia. Juan Gilberto Funes anotó el único tanto de la vuelta en Núñez -en la ida había ganado River 2 a 1 en el Pascual Guerrero-. Héroes eternos.
Era la Copa soñada por todos los riverplatenses. Era el trofeo postergado desde la primera final en la década del ’60. Era ese título atragantado, que se escapó en 1966 ante Peñarol y en 1976 frente a Cruzeiro. Y en 1986, otro año terminado en seis, el Mundo River sentía que no se podía escapar.
El 29 de octubre de aquel año, cerca de 90 mil personas colmaron las tribunas de un estadio Monumental en el que no cabía un alfiler. La lluvia de la previa, los nervios, la tensión y la historia reciente le daban a esta final un toque épico. El equipo del Bambino había hecho lo más difícil, que era vencer al América de Cali en el mítico Pascual Guerrero por 2 a 1 con goles de Juan Gilberto Funes y Norberto Alonso. Y hubo que esperar hasta el minuto 23 del complemento para sentir un poco de alivio.
La jugada nació en la mitad de la cancha, con esa barrida inoxidable de Héctor Enrique sobre Roberto Cabañas. El Negro recuperó desde el piso, se puso de pie e inició la contra. Cuando levantó la cabeza vio de espaldas al arco a Funes, que con un giro le alcanzó para sacarse de encima la marca, meterse dentro del área y definir cruzado, de zurda, contra el palo.
En ese momento, recién ahí, River se sintió campeón de América. En ese preciso instante, los corazones se aceleraron todavía más, pero ahora de emoción y alegría. El Millonario saldaba una deuda pesada y se abrazaba con la gloria continental largamente merecida.
El Más Grande formó ese día con Nery Pumpido; Jorge Gordillo, Nelson Gutiérrez, Oscar Ruggeri, Alejandro Montenegro; Héctor Enrique, Américo Gallego, Roque Alfaro; Norberto Alonso; Antonio Alzamendi y Juan Gilberto Funes. En el complemento ingresaron Rubén Darío Gómez y Daniel Sperandío en reemplazo de Alfaro y Alzamendi. ¡Héroes eternos!
