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CARRASCAL EN ACCIÓN. UNA PESADILLA PARA LA DEFENSA URUGUAYA (IMAGEN: Prensa River)

Marcelo Gallardo sorprendió con la formación y mandó desde el arranque a Jorge Carrascal, que terminó siendo uno de los puntos altos en River. En esta nota, las claves del partido que jugó el habilidoso colombiano.

A River le costó, es cierto. El Millonario no le encontró nunca la vuelta en el primer tiempo, salvo en ese sprint final que tuvo un penal a favor (mal sancionado) y el gol de Suárez en offside (bien anulado). Pero el equipo de Marcelo Gallardo mostró otra cara en el complemento. Y mucho tuvo que ver la gran actuación de Jorge Carrascal.

Marcelo Gallardo sorprendió desde el arranque con varios cambios en el once inicial. Entre ellos, apostó por el mediocampista colombiano, que en la idea inicial ocupó la banda izquierda en esa línea de tres creativos que formó con Nacho Fernández por derecha y Nico De La Cruz por el centro. Más allá de algunos arrestos individuales, no fue determinante en ese tramo final de la cancha. ¿Por qué? Prefirió más el cambio de frente que apostar a la gambeta y el desborde. Sólo desniveló en un par de ocasiones, pero falló en la terminación.

En el complemento, el cafetero mejoró su producción y la del equipo. Entendió que no tenía que jugar encajonado como carrilero y comenzó a intercambiar posiciones con De La Cruz y Nacho Fernández. Ese «quilombo ordenado» que tanto le gusta al entrenador. Desde su dribbling y su gambeta, Carrascal apiló rivales y, por consiguiente, generó espacios que en los primeros cuarenta y cinco minutos escaseaban. Buscó más el pase corto y no tanto el bochazo largo. Y desde ahí, el elenco del Muñeco comenzó a destrabar el partido.

El Millonario avisó de entrada, a los cinco minutos del segundo tiempo, con esa buena combinación con Nico De La Cruz y el centro atrás para Borré, que definió al cuerpo de Rochet. Tuvo algunas apariciones por el otro sector, donde se asoció bien con Montiel, otra de las grande figuras que tuvo el team del Muñeco.

El costeño fue reemplazado a los 38 minutos del complemento por Lucas Pratto. Recibió la palmada de Marcelo Gallardo y el aliento de todo su cuerpo técnico. El mismo que hace unos días atrás explicó en una nota televisiva por qué lo ponía durante el tramo final de los partidos. Esta noche aprobó un examen de fuego y demostró que hasta el propio DT se puede equivocar.