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EL MILLONARIO VENCIÓ A PALMEIRAS, PERO NO ALCANZÓ (IMAGEN: Getty Images)

River estuvo al borde de la hazaña: pasó por encima a Palmeiras, venció 2 a 0 en el Allianz Parque, pero no le alcanzó para meterse en la final de la Copa Libertadores. Robert Rojas y Rafael Borré anotaron los goles para el Millonario, que terminó con diez hombres y le anularon un gol y un penal a través del VAR.

Tenía que hacer el partido perfecto. Tenía que ser contundente en ataque y muy sólido en defensa para meterse en la serie y soñar con otra hazaña. Y el equipo de Marcelo Gallardo lo hizo de nuevo. Con mucho ímpetu, actitud y buen juego, River pasó por encima a Palmeiras y estuvo a solo un grito de la hazaña.

En la primera etapa, el elenco del Muñeco se plantó en campo contrario y mostró los dientes desde entrada. No necesitó presionar alto porque Palmeiras apeló al pelotazo largo y a buscar algún error en el fondo de River. Y en una de esas segundas pelotas tuvo una situación muy clara en los pies de Rony, pero esta vez Franco Armani achicó muy bien. Fue una de las pocas de local. El resto fue todo del Millonario, que llegó al 1-0 a través de la pelota parada, tras un tiro de esquina y un frentazo letal de Robert Rojas, que dejó sin chances a Weverton.

River no se conformó y siguió apostando a su juego. Para colmo, Palmeiras se quedó sin su capitán y referente, Gustavo Gómez, que debió ser reemplazado por una lesión. Y de tanto ir y de tanto buscar, llegó al merecido 2 a 0 para la visita. Este vez, la jugada nació de un centro de De La Cruz que Suárez intentó controlar pero no pudo. De igual forma, terminó habilitando a Rafa Borré, que apareció por el segundo palo para definir de cabeza. La ilusión estaba más viva que nunca.

En el complemento, el gran protagonista de la noche fue el VAR. A los seis minutos, Angileri lanzó un centro pasado al segundo palo que encontró a Gonzalo Montiel para definir con un remate cruzado de sobrepique. Sin embargo, la revisión del gol arrojó que Rafa Borré estaba en posición adelantada en la jugada previa. Faltaba mucho todavía.

El partido fue subiendo de temperatura y River seguía empujando a Palmeiras contra su arco. Sin embargo, en un bochazo largo quedó Rony mano a mano con Rojas. El Sicario lo camiseteó y tuvo que bajarlo. Ya estaba amonestado y se fue a las duchas a los 28 minutos.

Con uno menos, el Más Grande mantuvo la actitud hasta el final. Y estuvo cerca de tener su premio. A quince del final, el juez cobró penal por una falta sobre Matías Suárez dentro del área. El VAR la revisó, se tomó su tiempo y cuando Montiel estaba listo para ejecutar, decidió llamar a Ostojich para que la viera en pantalla. En la repe se vio claramente que no hubo infracción y fue bien anunlado.

Lejos de derrumbarse, los de Núñez siguieron atacando y empujando contra el arco de Weverton, que a esta altura era la gran figura del partido. A siete del final, lo tuvo Paulo Díaz primero de cabeza, pero tapó el #1 del local. El despeje lo capturó Borré, que definió a quemarropa y la pelota dio en el palo. En un nuevo rebote, remató el chileno de media vuelta y salvó un defensor sobre la línea del arco. El juez de línea anuló la jugada por offside, pero si terminaba en gol el VAR tenía que convalidarlo.

No hubo tiempo para más. Sólo de lágrimas, desazón y a la vez mucho orgullo. River cayó de pie y se despidió de la Copa Libertadores con la frente bien arriba. El Más Grande de América, con o sin medallas.