En conmemoración del 112º aniversario del club más grande de la Argentina, la dirigencia millonaria hizo todo mal: pese a que abrió las puertas del Monumental para los hinchas que se autoconvocaron, lanzó una batería de pirotecnia cuando prácticamente todos se habían ido del estadio. Otro papelón.
River cumplió 112 años de vida y como es costumbre, sus hinchas se autoconvocaron para hacer la tradicional caravana que va desde el viejo estadio ubicado en Alcorta y Tagle hasta el Monumental. Como era de esperar, miles de hinchas, banderas y el colorido habitual colmaron un recorrido que culminó donde termina la avenida Figueroa Alcorta.
Quienes no estuvieron a la altura de las circunstancias fueron los dirigentes millonarios, que una vez más demostraron poca «cintura» para realizar un festejo acorde con el sentir del hincha.
Pese a que el propio presidente Daniel Passarella se negó hace unas semanas a proyectar la película «Esos Colores Que Llevás» porque el club iba a llevar a cabo otras actividades, este sábado sorpresivamente las puertas del Monumental se abrieron y los hinchas que se acercaron al club pudieron ingresar a las plateas San Martín y Belgrano. Sin embargo, la poca previsión y difusión por parte de la dirigencia atentó contra la convocatoria, que podría haber sido muchísimo mayor.
Pero el papelón más grande se vivió cuando el sol se escondió en el horizonte. Muy pocos hinchas que se quedaron contemplando las últimas imágenes del Monumental en su cumpleaños número 75 se sorprendieron con una batería de fuegos artificiales que iluminaron el cielo. Un verdadero desperdicio y otro acto de inoperancia dirigencial que a esta altura del partido parece ser moneda corriente.
