En la final del Mundial de Clubes Sub-17 , River derrotó al Atlético Madrid 1 a 0 y se coronó campeón del máximo certamen de la categoría. Además de la Copa, se llevó el premio por la valla menos vencida, la figura y el goleador del certamen.
En la localidad madrileña de Colmenar Viejo, los chicos de la categoría ’96 de River disputaron una nueva final. A los títulos conseguidos en el 2007. 2008 y 2009 en infantiles, sumaron una nueva estrella. Y esta, claro está, es la más importante.
Luego de dejar atrás a la Sampdoria, el Málaga, el Real Madrid y el Barcelona, los dirigidos por Messina enfrentaron al Atlético Madrid, que llegó a la final invicto y con sólo dos goles en contra en todo el torneo.
Más allá de los favoritismos, River salió desde el minuto cero a presionar en campo rival, a imponer su juego y pelotear el arco que defendía Santiago Canedo. Y así lo hizo. De esa intensidad, Sebastián Driussi generó un penal cuando apenas iban 15 minutos, que cambió por gol. El «Millonario» se puso rápidamente arriba en el marcador y desde ahí, comenzó a trabajar el partido desde el contragolpe.
El Atlético agarró el control de la pelota pero no del partido, porque la perdía en tres cuartos de cancha y salía la contra rápida del conjunto millonario en los pies de Tomás Andrade, Mauro Mallorca y Santiago Verón. Tal es así que en el complemento River tuvo no menos de cinco situaciones clarísimas de gol, casi mano a mano con el portero madrileño.
Sobre el final, el equipo de Messina apretó los dientes, y cuando Augusto Batalla tuvo que intervenir, lo hizo transmitiendo muchísima tranquilidad.
Con el 1 a 0 consumado, los chicos de River celebraron el primer Mundial de Clubes Sub-17 de la institución. Además, Augusto Batalla obtuvo el premio por la valla menos vencida, Tomás Andrade por la figura de la final, y Sebastián Driussi por ser goleador del certamen.
Como en el 2012 con la Copa Libertadores obtenida por el combinado Sub-20, hoy los chicos del Sub-17 volvieron a escribir otra historia gloriosa para la cantera millonaria. Y van por más.
