Por primera vez en el torneo, el conjunto millonario se presentó en un terreno visitante sin la presencia de sus hinchas. Del lado local, los simpatizantes granates repudiaron el accionar de la policía por la muerte del «Zurdo» Jerez con cánticos y banderas.
La previa del partido parecía un paisaje atípico para el fútbol argentino. Afuera del estadio, las calles sin fenólicos, escasos cacheos y muy poca policía. Adentro, el sector visitante totalmente cerrado y utilizado como cochera, muy poco público local y el personal de seguridad que brillaba por su ausencia.
Las absurdas decisiones adoptadas por la muerte del hincha de Lanús impactaron de lleno en la concurrencia de un partido que -en la previa- era el plato fuerte de la jornada. Los hinchas de River no pudieron acercarse a «La Fortaleza» para alentar a su equipo, a pesar de haber tenido un comportamiento ejemplar en todo el torneo. Una rareza en una instancia decisiva y con una parcialidad como la de River, acostumbrada a agotar entradas en todos los terrenos de juego.
Del lado de Lanús, primó la bronca y el dolor por el fallecimiento de Javier Jerez, que fue homenajeado a través de cánticos y banderas por sus compañeros de tribuna, los jugadores y su hijo en el campo de juego. «Yo sabía/Yo sabía/Que al Zurdo lo mató la policía», sonó casi toda la noche.
Las tribunas semi-vacías del estadio granate fueron una muestra clara de un nuevo ataque al corazón…del hincha, claro está.
