En una noche donde la tristeza quedó de lado, River goleó 3-0 a Barracas Central con goles de Milton Casco y Agustín Palavecino, en dos ocasiones, para romper la racha de cuatro partidos sin triunfos. En Octavos de final se cruzará con Defensa y Justicia.
Desde el comienzo quedaron claras las intenciones de uno y otro equipo. Barracas replegado con dos líneas de cuatro bien ordenadas, mientras que el Millonario apostó a las sociedades por afuera para generar peligro. No extrañó que a los 4′ llegara la primera aproximación con un remate de Agustín Palavecino desde el borde del área que controló Maximiliano Gagliardo sin problemas. El 8 riverplatense tuvo otra oportunidad con un remate que la defensa del Guapo consiguió desviar al córner.
River lastimaba por afuera y Santiago Simón, a los 16, generó que todos los espectadores se levantaran de sus asientos con un centro que cruzó el área y no llegó a conectar Esequiel Barco. Cinco minutos más tarde llegó la apertura del marcador. ¡Y de qué manera! Centro desde la izquierda de Elías Gómez que peina un defensor rival, la pelota le cayó a Milton Casco que controló y la colgó del ángulo. Merecida ventaja porque el equipo del Muñeco era más que su rival. El gol no cambió mucho el libreto: el conjunto de Alfredo Berti se adelantó unos metros pero siguió apostando al pelotazo largo para sus dos delanteros, pero siempre chocaron con los firmes Jonatan Maidana y David Martínez.
Las dos más claras del elenco que presidía Claudio Tapia llegaron por pelotas paradas y desde la cabeza del mismo jugador. Nicolás Ferreyra, el enorme segundo marcador central, conectó dos veces en el área. La primera besó el palo derecho de Franco Armani, mientras que la otra encontró la cara de su compañero Neri Bandiera, impidiéndole el empate. Sobre el final, el equipo de Marcelo Gallardo pudo ampliar con dos centros, uno de Esequiel Barco y otro de Santiago Simón que el golero despejó sin complicaciones al tiro de esquina.
El complemento no varió demasiado. Pese a algún atisbo de reacción de Barracas, fue River quien manejó el juego. Agustín Palavecino avisó tras una buena presión de Lucas Beltrán, pero pese a gambetear al defensor de los tres postes no pudo definir. El minuto 21 fue el de la gloria: igual que en la etapa inicial, el Millonario halló otro tanto. Se encontraron los dos mejores jugadores del equipo ya que Rodrigo Aliendro recibió, aguantó y, de taco, asistió a Pala que, de punta, batió el inútil achique de Maximiliano Gagliardo.
Pero en esta época siempre parece haber una complicación, y tras una falta sobre Sebastián Rincón, el siempre polémico Andrés Merlos le mostró la segunda amarilla a David Martínez. Afuera y a jugar con uno menos. Parecía que la película se volvía de terror, pero sin embargo el 8 bravo tuvo la confianza por las nubes y esta vez la colgó del ángulo con un misil teledirigido. A otra cosa y chau partido.
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