Rodrigo Aliendro fue la gran figura de un River que pudo respirar de nuevo y se reencontró con el triunfo por 3-0 ante Barracas Central para continuar en la Copa Argentina.
Pocos son, a lo largo de la Era Gallardo, los futbolistas que apenas llegaron al Millonario rindieron como si estuvieran toda la vida en el club. Lucas Alario e Ignacio Scocco son dos claros ejemplos y dejaron una marca imborrable en el club.
Hoy es el caso de Rodrigo Aliendro. El volante llegó en fines de junio con el pase en su poder luego de una etapa consagratoria en Colón de Santa Fe y en apenas su cuarto partido en el Más Grande, fue la gran figura del equipo que goleó 3-0 a Barracas Central en el Estadio Único de La Pedrera y se clasificó a los octavos de final de la Copa Argentina.
A lo largo del encuentro, el volante de 31 años se mostró muy activo en la mitad de la cancha, colaborando en la parte defensiva junto a Bruno Zuculini y participando del ataque conectándose a Santiago Simón, Agustín Palavecino, Esequiel Barco y Lucas Beltrán. También, cabe destacar que el Peti se mostró muy preciso a la hora de los controles y la distribución de juego.
Sin embargo, los flashes llegarían a través del segundo gol, cuando recibió un pase de espaldas al arco con dos marcas encima y asistió notablemente de taco a Palavecino para que el jugador de 25 años estirara la diferencia.
Sin lugar a dudas, el sobresaliente rendimiento de Aliendro genera un importante alivio para Marcelo Gallardo, dado a la baja en los últimos días de Enzo Fernández que fue vendido al Benfica de Portugal y al flojo rendimiento colectivo que venía mostrando River en los últimos encuentros. ¿Encontró el Muñeco su pieza faltante en el rompecabezas?
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