Previa Superclásica: goles de Nicolás De La Cruz y Miguel Borja para la victoria ante Barracas Central y esperar por Boca. En una polémica noche a nivel arbitral, Bruno Zuculini se fue expulsado por doble amonestación y hubo varios tocados de cara al domingo.
Corrían aires de ilusión en el Monumental. Porque enfrente estaba el equipo de Claudio Chiqui Tapia y porque en una semana espera Boca en La Bombonera. Había que estar a la altura en dos citas trascendentales para que la intención de pelear el torneo no se disipara del todo.
En la previa, show de luces y recibimiento a todo bombo y bengalas. Iniciado el encuentro, todas las acciones durante los primeros diez minutos fueron de River: Lucas Beltrán erró una insólita frente al arco, luego a Nicolás De La Cruz se le fue demasiado ancho el remate y el resto de las ráfagas quedó solo en amenazas. El único susto hasta el momento era Paulo Díaz, que ya amonestado caminaba por la cornisa con decisiones al límite.
Pero la tranquilidad llegó con una obra de arte de DLC, el más regular del equipo hace rato. Por más que quisieron encontrarle el pelo al huevo, no pudieron anularlo ni con la tecnología. El negocio estaba encarando a Nicolás Ferreyra, pero Pablo Solari no estuvo con su característica picardía en el mano a mano.
Para colmo, Germán Delfino continuaba desacertado en sus fallos y lo mantuvo en toda la noche. Es cierto que el chileno continuó gratis en cancha, pero al árbitro se le fue todo de las manos desde el principio. Barracas Central se animó a faltarle el respeto a un confiado River que nunca soltó el acelerador. Y así, el entretiempo nació sin más emociones.
En el complemento, la mecha del Millonario se fue apagando futbolísticamente. Con Emanuel Mammana afuera por una molestia, Javier Pinola ingresando para apagar varios incendios. El equipo no sostuvo el nivel de la primera mitad y el Guapo jugó en tres cuartos con una soltura ascendente que contó con la complicidad de Delfino. Todas las chiquitas fueron para Barracas y todas las amarillas para El Más Grande.
La infantil expulsión de Bruno Zuculini por un manotazo dejó al equipo con diez, pero el convencimiento pudo más y sobre el cierre hubo premio: Miguel Borja capturó un centro rasante de Matías Suárez, se acomodó, infló la red y se fue corriendo a hacer el famoso y anhelado Colibrí. Tres puntos de oro en 90 minutos embarrados de incertidumbre. Se viene el Superclásico, se viene Boca, se viene un choque bisagra.
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