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En el homenaje que le organizó River, Marcelo Gallardo tuvo sus últimas palabras en el Monumental y agradeció el apoyo de los hinchas en todos los momentos vividos.

Entre tantas idas y vueltas, alegrías y tristezas, aciertos e incertidumbre, Marcelo Gallardo le puso el broche final a su etapa como entrenador de River en el Monumental. Después de casi ocho años y medio, la gente fue testigo de un sinfín de frases de una historia de amor que no conoce fronteras. “Sinceramente, no sé por dónde empezar… Mi vínculo con River… Realmente soy un privilegiado. Jamás en mi vida soñé con vivir algo así. Y si lo soñé, era algo muy mío. Y estar en este momento en este lugar, con un nudo en la garganta muy grande, con miedo de expresarme porque esto es demasiado. Más de lo que creía que podía tener», arrancó.

«Sólo quiero agradecer porque lo único para hacer, mi vínculo con River creo que viene de toda la vida. Tengo muchos recuerdos encima, demasiado fue el camino recorrido. Quiero empezar recordando en este día de la Madre a la mujer que me dio la vida que seguramente estará orgullosa sentada en algún lugar de privilegio allá en el cielo. Feliz día a todas las madres en su día. Yo a la mía la recuerdo con muchísimo cariño, con muchísimo amor. Era la que esperaba que yo llegara de cada entrenamiento cuando era chiquito, que me abrazaba, que me acompañaba a todos lados. Hasta el día que se fue ella se sentaba en la platea y me esperaba en el vestuario para darme un abrazo. Así que gracias, vieja, en algún lugar del cielo en donde estés por haberme dado la vida», agregó visiblemente emocionados mientras el plantel lo rodeo en un círculo que no resistió el llanto.

Y siguieron los agradecimientos: «Gracias a mi familia que me sostuvo en todo este tiempo. Gracias a todo mi equipo de trabajo. Los valoro, los respeto y los quiero. Han sido parte de mi cuerpo todo este tiempo. Gracias jugadores. Han pasado muchos en todo este tiempo, muchísimos. Son los verdaderos protagonistas de lo que nosotros podamos trabajar, desarrollar o sentir para que ellos lo desarrollen y lo lleven a cabo. No tengo más palabras de agradecimiento para cada jugador que ha tenido la grandeza de vestir esta camiseta, de entregarse al máximo en cada entrenamiento”.

«River me ha enseñado que se trata de una forma de vivir, de ser, de respetar, y nos ha tocado ganar y han sido cosas hermosas, imborrables, que han sido para toda la vida. Pero también nos ha tocado perder y en la derrota me he sentido más orgulloso. La vida tiene eso. Tiene eso que te da enseñanza, que te permite ser humano para equivocarte. Y tener más fuerzas para seguir. Y nosotros hemos sido eso todo este tiempo: hemos sido un equipo de compañeros, un equipo de trabajo enorme, pero si hay algo que remarcar es que hemos sido una gran familia. Una familia en serio que se desvivía por vivir cada momento. Y eso es increíble, es lo más lindo que me llevo, el abrazo con cada uno de los jugadores», resaltó con una clara muestra de liderazgo.

«Gracias a la dirigencia, a su presidente… Gracias porque han creído en mí, me han acompañado en ocho años y medio que estuvieron siempre a mi lado. Gracias a Enzo Francescoli por ser la persona que me brindó esta posibilidad, que confió y acompañó de una manera increíble. Sin egos. Con deseos de que nos vaya bien, disfrutando los triunfos como propios y eso no se encuentra en muchos lados. Gracias, Enzo. Gracias a ustedes (los hinchas), gracias a ustedes que desde hace más de ocho años me hacen sentir realmente de una manera especial. Gracias por cada homenaje al entrar a este campo, a este estadio, gracias por brindarme su corazón. Los voy a extrañar mucho. Mi vínculo como dije no es de un año de contrato, dos o tres u ocho como han pasado, mi vínculo con River es por toda la vida”, dijo antes de desatar la ovación de las cuatro tribunas del estadio.

¡Hasta pronto, Muñeco!

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