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121 años River

Hoy se conmemoran 121 años del nacimiento del Club Atlético River Plate. Un año más de vida. Un año más grande. Al vigente campeón del fútbol argentino…¡Feliz cumpleaños!

Cuenta la leyenda que River nació un 25 mayo de 1901, en el barrio de La Boca, por la fusión de dos equipos tradicionales de la zona sur de la ciudad de Buenos Aires: Santa Rosa y La Rosales. Eran jóvenes que frecuentaban las carboneras Wilson, allí en la Dársena Sur, y que soñaban a lo grande, aún en un contexto de absoluto amateurismo y escasez de recursos. Lo que quizá no imaginaron estos chicos es que 121 años después serían los pioneros del club más grande de todos.

¿Cómo resumir 121 de historia en unas pocas líneas? Es realmente una tarea casi imposible. Tal vez haya que empezar por lo que hizo de River una entidad distinta al resto: fue y es desde su nacimiento un club social, cultural y deportivo, más allá de su equipo de fútbol. Que nació siendo un club de barrio, chiquito y humilde, pero con los años se volvió el más popular del fútbol argentino y multiplicó su pasión a lo largo y ancho del mundo.

Desde aquellos equipos de la Era Amateur que consiguieron el ascenso en 1908, el primer título internacional en la Tie Competition de 1914 y el primer torneo local en 1920, pasando por las épocas doradas del profesionalismo en los años 30, 40 y 50. Desde el nacimiento del apodo ‘Los Millonarios’, la aparición de Bernabé, la presencia de ‘La Máquina’ y más tarde ‘La Máquinita’, River no paró de crecer. Nunca.

A tal punto que se tuvo que ir del barrio que lo vio nacer porque le quedó chico. Se fue a Sarandí, volvió a La Boca, tuvo que alquilar algunos estadios hasta que finalmente pudo construir uno propio en Palermo en la década del ’20 y luego llegó al Monumental en 1938.

Mientras pasaba todo esto, River era un fenómeno social. Revolucionó la manera de concebir el deporte. Se transformó en el club argentino con más asociados. No era sólo fútbol. Muchos se volcaron a otras disciplinas, como por ejemplo el básquet, uno de los deportes que apasionaba a Ángel Labruna. Entre 1937 y 1938 el Millonario fue tricampeón de Liga de la Federación de Buenos Aires. En las décadas del ’50 y ’60 conseguiría seis títulos más, por poner apenas un ejemplo de lo que representa ese escudo.

Volviendo al fútbol, River construyó su identidad con un estilo ‘de galera y de bastón’. Futbolistas exquisitos, habilidosos, de mucha técnica y paladar refinado. Sus mayores exponentes fueron La Máquina de Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau primero y La Maquinita de Vernazza, Prado, Walter Gómez, Labruna y Loustau pocos años después. Tuvo, además, el privilegio de contar con Amadeo Carrizo, «el inventor del arco». El mejor arquero de todos los tiempos, sólo comparable unas décadas más tarde con Ubaldo Fillol.

A riesgo de pecar de injustos, es imposible no mencionar a Leopoldo Bard y Antonio Vespucio Liberti, grandes visionarios que construyeron desde lo dirigencial un club modelo único en el mundo. Tampoco podemos omitir a Víctor Caamaño, el DT que logró los primeros títulos en la era profesional en 1932. Mucho menos a Emérico Hirschl, Renato Cesarini, Carlos Peucelle y José María Minella, grandes entrenadores campeones en las décadas del ’30, ’40 y ’50.

Luego de un capítulo oscuro, sin títulos pero con grandes equipos entre fines de los ’50 y mediados de los ’70, tuvo que volver Ángel Amadeo Labruna para poner las cosas en su lugar y erigirse como el ídolo máximo de la institución. Ahora como entrenador. Angelito refundó futbolísticamente a River. Forjó un equipo ganador. Y nos acostumbró nuevamente a las vueltas olímpicas. Imposible soslayar el equipo bicampeón de 1975 que reventó todos los estadios del fútbol argentino. Tampoco el de 1977 que se coronó en una casa prestada y mucho menos el tricampeón de 1979-1980.

Más acá en el tiempo vinieron nuevas épocas de gloria. El equipo del Bambino y la primera Libertadores de la historia, con vuelta olímpica en la Bombonera y la Intercontinental ganada en Japón como frutilla del postre. El River de Ramón y la segunda Libertadores, el tricampeonato local y la primera Supercopa. Los títulos locales de los años 2000. La resurrección en el 2014, otra vez de la mano de Ramón. Y el nacimiento de un prócer impensado: Marcelo Daniel Gallardo.

Todo lo que sucedió desde la llegada de ‘Napoleón’ hasta estos días merece un capítulo aparte. Las dos Libertadores, las cinco eliminaciones a Boca y el respeto que se ganó el club de Núñez a nivel local, sudamericano e internacional es cosa seria.

La historia de River es gigante. Toda síntesis es injusta. Toda recopilación es incompleta. En definitiva, porque su gloria se multiplica en cada segundo que pasa. Hoy cumple 121 años. Un año más de vida. Un año más grande.

¡Feliz Cumple, River de mi vida!

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