Este domingo a partir de las 14 horas se llevará a cabo una nueva edición del Superclásico del fútbol argentino y desde La Máquina River te traemos los 10 jugadores más representativos que han vestido la camiseta de ambos equipos.
El River-Boca es un clásico que paraliza el país entero. Es reconocido como el partido entre máximos rivales más entretenido del mundo y no solo por la enorme rivalidad que hay entre ambos conjuntos, sino por la rica historia que tienen los clubes y los grandes jugadores que han pasado por ambos. Apenas son 99 los nombres que repitieron ambas camisetas, algunos brillaron más con la camiseta xeneize y otros con la banda roja. La minoría dejó su marca heroica con ambas casacas.
Oscas Ruggeri
El Cabezón fue surgido en las inferiores del equipo de La Boca, jugó en la primera del mismo entre 1980 y 1984. El central campeón del mundo con Argentina en 1986 se dio el lujo de formar dupla con Roberto Mouzo, uno de sus ídolos de la infancia e incluso coronarse en el Metropolitano 1981 junto su gran amigo Diego Maradona. Llegó al Millonario tras un duro conflicto con Boca. Alcanzó el mejor momento de su carrera (Mundial de México 86 en el medio) logrando título local, Copa Libertadores, Intercontinental e Interamericana en el equipazo que dirigía Rodolfo Veira. Disputó 112 encuentros oficiales y marcó 6 tantos, uno al Xeneize. «Yo quería jugar en un equipo grande y River me abrió las puertas. Boca no era grande, era de lo peor que había», dijo Ruggeri sobre su paso por ambos.
Hugo Gatti
En River atajó 77 partidos entre 1964 y 1968, alternando en la Primera con un emblema como Amadeo Carrizo. Hasta que fue transferido a Gimnasia y Esgrima. No ganó títulos en el club pero en esa etapa se dio el gusto de ser convocado para el Mundial de Inglaterra 66. De la mano de Toto Lorenzo se fue a Boca, donde estuvo del 1976 al 1989. Rápidamente se convirtió en ídolo por su personalidad y logros en el arco siendo el arquero con más presencias con la casaca del Xeneize. Se coronó campeón del Metropolitano 76 y luego del Nacional en la recordada final ante River, la primera que disputaban ambos equipos en la historia.
Jonatan Maidana
Joni comenzó su carrera en Boca durante 2005, luego de haberse surgido en Los Andes, y así debutando con Alfio Basile. Llegó al club proveniente de Los Andes y debutó de la mano de Alfio Basile. Alternó entre titularidad y suplencia durante esos tres años pero se dio el lujo de ganar cinco títulos: la Recopa Sudamericana 2008, el Clausura 2006, la Recopa Sudamericana 2006, el Torneo Apertura 2008 y la Copa Libertadores 2007, trofeo que también levantó dos veces jugando para el eterno rival. En 66 partidos apenas pudo gritar una vez.
Con la experiencia de haber jugado dos temporadas en Ucrania y un breve paso por Banfield, llegó al Millonario como un enigma. En su primer Superclásico empezó a ganarse el cariño de los hinchas ya que le convirtió un gol a Boca de cabeza.
Descendió pero quiso seguir en la institución y pudo devolverla a la Primera rápidamente. Localmente ganó el Torneo Final 2014, la Copa Argentina en 2015-16 y 2016-17 y la Supercopa Argentina 2017, pero en el plano continental tuvo su mejor cosecha: Conmebol Sudamericana 2014, Recopa Sudamericana 2015, Conmebol Libertadores 2015, Copa Suruga Bank 2015, Recopa Sudamericana 2016 y la recordada Conmebol Libertadores 2018, justamente ante Boca Juniors. En esos ocho años disputó 278 encuentros y festejó 8 tantos.
Juan José López
Fue integrante de un mediocampo histórico de River junto con el Beto Alonso y Mostaza Merlo. Fue clave en la obtención del Metropolitano 75, que cortó con una racha de 18 años sin títulos para la institución. Además, dio cinco vueltas olímpicas más con el club. No pudo celebrar a nivel internacional, algo que sí consiguió con Argentinos Juniors en 1985 cuando ganó la Conmebol Libertadores. Vistió la camiseta millonaria en 465 partidos y anotó 81 tantos. Volvió a Núñez como entrenador en 2010 y no pudo evitar el descenso a la Primera B Nacional.
“Dijeron que me dieron el pase libre como un premio pero por atrás comentaban que no podía jugar nunca más a la pelota”. La frase pertenece a JJ en una entrevista publicada por El Gráfico en 2004, en la que recordó cómo fue su salida de River. Luego de haber vestido la camiseta de Talleres en 1982 llegó a Boca y sacudió al mundo del fútbol. Un ídolo millonario se ponía la azul y amarilla. Su paso por el club fue muy breve y apenas pudo meter 6 goles en 38 encuentros.
Alberto Tarantini
Formado en las inferiores xeneizes, el Conejo fue uno los mejores defensores que tuvo el equipo en la década del 70. Fue el lateral izquierdo campeón en el Metropolitano y Nacional de 1976 y en la Copa Libertadores de 1977. Al Mundial de 1978 llegó como jugador libre y fue clave en la consagración de la Selección Argentina de César Luis Menotti.
Luego del Mundial, el oriundo de Ezeiza jugó en el Birmingham de Inglaterra y en Talleres de Córdoba, pero su mejor nivel lo volvería a alcanzar en River Plate, que contrató sus servicios en 1980. Ese año ganó el Campeonato de Primera División y en 1981 el Torneo Nacional.
Gabriel Batistuta
El santafesino llegó al River de Daniel Passarella en 1899 proveniente de Newell’s pero nunca pudo afianzarse como titular. Con esa camiseta disputó 24 partidos y anotó dos tantos, logrando un promedio de 0.17 por partido, número inusual en lo que fuera luego su carrera. Sin embargo, en Núñez se dio el gusto de celebrar su único título a nivel local: el Campeonato de Primera División 89/90.
De Núñez arribó directamente a La Boca logró el Clausura 1991 (segunda ronda del campeonato 1990/91) en forma invicta pero luego perdió la final de la temporada contra Newell’s, ganador del Apertura 1990. El 9 ya no pudo disputar esos encuentros definitorios porque, al igual que Latorre, integraba el plantel de la Selección Argentina en la Copa América. En el Xeneize jugó 47 cotejos y gritó 19 veces, promediando 0.4 de gol por partido.
Ricardo Gareca
En sus primeros dos años como profesional, el Tigre tuvo poca participación en la Primera y apenas metió tres goles en quince partidos, por eso se fue a préstamo al modesto Sarmiento de Junín, donde se consolidó como titular. Volvió a La Bombonera en 1981, luego de la consagración del Metropolitano. El equipo no anduvo bien en esos años pero él se destacó metiendo 62 goles en 114 partidos. No pudo dar ninguna vuelta olímpica.
Llegó al Millonario acompañado por su gran amigo, Oscar Ruggeri y también se ganó el duro repudio de los hinchas xeneizes en esos años, que venían de gritar sus goles con fervor. Su paso fue muy breve: cuatro goles en doce partidos. Su destino sería América de Cali, donde sí brillaría como futbolista.
Claudio Cannigia
El Hijo del Viento, como apodaban por su velocidad, fue una aparición magnífica en el River de Héctor Veira que se consagró campeón del Campeonato de Primera División 85-86, Copa Libertadores 86, Intercontinental 86 e Interamericana 87. No era titular pero cada vez que entraba dejaba su marca desparramando rivales por el camino. Con esa camiseta jugó 63 partidos y metió 8 goles. Su nivel lo hizo saltar al fútbol italiano, donde se destacó hasta 1994.
Consagrado como figura internacional y con dos mundiales en el lomo, el Pájaro regresó al país en 1995 para integrar un Boca que con Diego Maradona incluido, no pudo lograr ningún título. En su primera etapa marcó 12 tantos en 30 partidos y ya en la segunda, con Veira nuevamente como DT, convirtió 5 en 26. Entre lo más recordado de su paso como futbolista xeneize quedarán los tres goles a River en el 4-1 del Clausura 96. Cuando Carlos Bianchi tomó las riendas del club en 1998, prescindió de sus servicios.
José Manuel Moreno
El “Charro” fue un verdadero emblema del Millonario en las décadas del 30 y 40. Integrante fundamental de “La Máquina” junto a Juan Carlos Muñoz, Adolfo Pedernera, Ángel Labruna y Félix Loustau. Jugaba como “inside”, lo que hoy se consideraría un mediocampista de ataque. Metió 179 goles en 330 partidos con la camiseta de River, promediando 0.54 por encuentro. Se coronó seis veces campeón local, en épocas donde no existía la Copa Libertadores.
Moreno había nacido en La Boca y siempre fue hincha del club que lo rechazó cuando se fue a probar en inferiores. Sin embargo, su brillo como futbolista se dio en el eterno rival, donde es ídolo indiscutido. “Vuelvo al club del que nunca debí salir”, declaró en 1950, cuando se transformó en jugador xeneize. Metió siete goles en 23 partidos para alcanzar el subcampeonato.
Lucas Pratto
Llegó a Boca recomendado por Martín Palermo, quien por entonces era goleador y capitán del equipo. Jugó apenas 2 partidos con la camiseta xeneize y no metió goles. Se fue sin pena ni gloria y sin títulos en sus espaldas. Luego de vestir varias camisetas alrededor del planeta: Unión de Sana Fe, U. Católica de Chile, Genoa, Vélez, Atlético Mineiro y San Paulo, llegó a River Plate. ¡Fue la compra más cara de la institución! Es que el “Oso” la había descocido en el Fortín y en el fútbol brasileño y Marcelo Gallardo consideraba que sería clave para los futuros objetivos. No se equivocó.
En la Libertadores de 2018 fue clave en las instancias finales y en la gran final ante Boca. En La Bombonera marcó el 1-1 parcial y lo mismo hizo en Madrid, en el partido que terminó consagrándolo como campeón de América. También brilló en la Recopa Sudamericana ante Paranaense, reforzando así su vínculo con los hinchas. Finalmente, se fue en 2020 con 51 partidos y siete anotaciones de las cuales el hincha del Más Grande jamás se olvidará.
Carlos Tapia
Era la gran promesa del club en esos años. De lo mejor que había salido de inferiores en esos tiempos por su fina zurda. Se recuerda de él un golazo que le hizo a Platense gambeteando a muchos rivales. No se afianzó pero se dio el gusto de sumar dos títulos locales.
Llegó a Boca junto al Vasco Olarticoechea, también procedente de River, en el momento en que Ruggeri y Gareca se pusieron la del equipo de Belgrano. Allí rápidamente se destacó por sus actuaciones y fue campeón del mundo en México ’86.
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