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POR GABRIELA PARRA

Tuvieron que pasar 17 años y medio para que el «Millonario» volviera a gritar «Dale campeón!». En una noche no apta para cardíacos, con planteles repletos por juveniles por una huelga de profesionales y el peso de la historia por tantas vueltas olímpicas frustradas a último momento, un 14 de agosto de 1975 River Plate ganó el Torneo Metropolitano y de la mano de Angelito Labruna volvió a sonreir.

En 1975 llegó don Angel Labruna como técnico de River. Armó una revolución futbolística con un equipo que mezclaba experiencia y juventud. Llegaron Roberto Perfumo (desde Brasil), Miguel Angel Raimondo (de Independiente), Pedro González (de Perú) y Oscar Mas (del Real Madrid). También vinieron los cordobeses Comelles, Artico (ambos de Talleres) y Reinaldi (de Belgrano), más el paraguayo Bareiro (de Cerro Porteño). Todos ellos se acoplaron a una camada joven de futbolistas nacidos en las inferiores del Club, como Norberto Alonso, Juan José López, Reinaldo Merlo y Carlos Morete.

Vengo a River para salir campeón«, dijo Labruna apenas firmó su contrato con el Club que lo vio nacer, enriqueciendo los oídos de un club que había pasado casi 18 años de amargura y frustración. Y comenzó a acercarse a ese objetivo cuando pudo consolidar una base que salía de memoria. La formación era casi siempre la misma: Fillol; Comelles, Perfumo, Ártico y Héctor López; Juan José López, Raimondo o Merlo y Alonso; Pedro González, Morete y Mas. Con mucha seguridad defensiva, fútbol y goles, en la primera rueda le sacó ocho puntos al escolta, Unión de Santa Fe.

Pero para la segunda parte del torneo, llegaron las piedras y complicaciones: Alonso fue suspendido seis fechas en un partido contra Independiente por insultar al lineman. Sin el Beto en cancha, River perdió tres partidos al hilo y se acercaron Huracán y Boca, que lo persigan al «Millonario» en la punta. Todo esto hasta que volvió la zurda mágica. En la vuelta de Alonso, en un partido contra San Lorenzo en el Monumental, el mismo Beto convirtió 2 goles cuyos gritos todavía retumban en el cemento del estadio Antonio Liberti y con esta victoria se afirmó en la punta.

El 14 de agosto que hoy recordamos, River Plate jugó contra Argentinos Jrs. en el José Amalfitani. Esa noche necesitaba ganar para consagrarse campeón en el Metropolitano. Era la antepenúltima fecha y hubo una huelga de jugadores profesionales que obligó a a ambos equipos a jugar con chicos amateurs. El equipo que salió a la cancha estaba conformado por: Vivalda; Raffaelli, Ponce, Zappia, Jometón; Cabrera, Bargas (Gigli), Bruno; Labonia, Gómez y Groppa (Giménez).

A los 24 minutos del segundo tiempo, cuando la angustia ganaba y parecía que la historia negra de los últimos años se reiteraba, llegó el zurdazo de Rubén Bruno, uno a cero…Y por fin River Campeón!!! Después de casi 18 años de espera, el grito de la gente fue puro desahogo y alegría.

Al domingo siguiente, los profesionales volvieron al campo en un monumental repleto de
gente. Con goles de Alonso y Morete se cerró la campaña con una victoria 2 a 0 contra Racing Club. La fiesta y la algarabía fue inolvidable. El público invadió el campo de juego y Angelito terminó alzado por sus jugadores y una multitud que impidió que el partido se reanudara.

Ese día se volvió a recordar la frase de Labruna: “vengo a River para salir campeón«…y otra vez el Ángel de River volvía a escribir una página de gloria en la historia de la institución, su Club, su casa eterna…