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Télam Buenos Aires, 30/03/2104.- River Plate derrotó hoy 2-1 a Boca Juniors en La Bombonera, después de diez años, en una nueva edición del Superclásico del fútbol argentino, válido por la décima fecha del torneo Final 2014. Festejo del segundo gol de River realizado por Ramiro Funes Mori. Foto: Fernando Gens/Télam/cf
Télam Buenos Aires, 30/03/2104.- River Plate derrotó hoy 2-1 a Boca Juniors en La Bombonera, después de diez años, en una nueva edición del Superclásico del fútbol argentino, válido por la décima fecha del torneo Final 2014. Festejo del segundo gol de River realizado por Ramiro Funes Mori. Foto: Fernando Gens/Télam/cf

Un día como hoy, hace 2 años atrás, River Plate ganaba el superclásico en la Bombonera con un cabezazo de Ramiro Funes Mori. Todo Boca lloró por un córner que no fue. Todo River celebró una victoria inolvidable.

La tarde lluviosa y gris mutó en un atardecer oscuro, frío, silencioso. No era para menos. Aquel estadio que muchas veces definieron como «inexpugnable», se retorció de dolor a medida que las pantallas de los palcos y las cabinas de prensa repasaban las imágenes, una y otra vez. Orión había salido a «cazar mariposas», como se dice vulgarmente en el tablón. Y el flaco «lungo» que se llevaba todos los flashes no era otro que Ramiro Funes Mori.

Mientras las imágenes del mellizo recorrían el mundo entero, el ingenio popular de las redes sociales adoptó como propio un HashTag gracias al aporte incalculable de Carlos Bianchi: #NoFueCorner, explotó en Twitter como una carcajada universal, cuando el DT de Boca ofreció una conferencia de prensa en la que trató de buscar sus excusas habituales. Claro que «Carlitos» tenía razón. La pelota había rozado en Lanzini. Por eso lo definió también como el día del «Pitanazo», en alusión al arbitraje.

Antes de aquella jugada, hubo un partido. Un clásico disputado y muy parejo, con pocas situaciones de gol. Arrancó mejor el local, emparejó River con un planteo poco habitual en los equipos de Ramón, cediendo la iniciativa al rival y apostando a la contra. Manuel Lanzini abrió el marcador para el Más Grande, igualó pocos minutos después Juan Román Riquelme de tiro libre. El partido se detuvo unos minutos por fuegos artificiales y el festejo de un empate poco acorde con la grandeza de un club que pretende serlo.

Claro que no tuvieron en cuenta que enfrente estaba River. El River de Ramón. Y que esta Funes Mori, un pibe tocado por la varita mágica. Tampoco lo consideró Juan Carlos Crespi, el inefable dirigente boquense que utilizó sus influencias para que a Leonel Vangioni le dieran dos fechas de suspensión en AFA y no pudiera jugar. El tiro salió por la culata. Y River celebró un superclásico histórico e inolvidable. De esos que se van a recordar para toda la vida.