Bajo el lema «Somos Rivales, No Enemigos», las autoridades del fútbol amateur de River invitaron a sus pares y a los juveniles de Boca Jrs. a compartir un «tercer tiempo» luego de los superclásicos que se disputaron en la cancha auxiliar del Monumental. Un ejemplo a imitar.
Se trata de formar, de construir, de transmitir valores. Por eso, cuando se trata de fútbol infanto-juvenil, el resultado pasa a un segundo plano. Es lo que sucedió esta mañana en el Monumental, como continuidad de algo que viene realizando River cada vez que recibe a otro equipo en su predio o estadio.
Bajo el lema «Somos Rivales, No Enemigos», las autoridades del fútbol amateur millonario -con Fernando Guarini a la cabeza- invitaron a sus pares de Boca Jrs. a compartir un «tercer tiempo». No sólo estuvieron los directivos; integrantes de ambos cuerpos técnicos, coordinadores y juveniles compartieron una mesa en la confitería del Instituto River Plate, luego de disputar los superclásicos de inferiores en Núñez.
En el predio boquense ubicado en Ezeiza, en cambio, la realidad fue algo distinta. El encuentro de Cuarta División finalizó con tres expulsados, dos de River y en tiempo de descuento (¡hubo 8 minutos de adición!). A pesar del final caliente, pero el Más Grande terminó celebrando.
Pero lo más grave sucedió en Quinta, también en el cierre. El arquero local metió un puñetazo que le dio en el rostro a Valentín Matlis y se fue expulsado. El millonario convirtió el penal e igualó un partido que iba ganando Boca 2 a 0. Tras el festejo, los jugadores xeneize increparon a los de River y se trenzaron a golpes de puño. Los cuerpos técnicos lograron separarlos rápidamente. Más allá de las protestas y cierta hostilidad del público local, Matlis fue trasladado en ambulancia a un hospital. ¿Qué pasó? El golpe de puño del arquero le produjo pérdida de conocimiento. Gracias a Dios, fue apenas un traumatismo sin consecuencias.
