Agustín Ruberto, delantero de River, ganó la Bota de Oro del Mundial Sub-17 disputado en Indonesia tras haber convertido ocho tantos en la competición.
El primer nacido en la República Argentina que consiguió este premio fue Guillermo Stábile en la Copa del Mundo de myores del 1930, en la que la Albiceleste cayó en la final ante Uruguay por 4-2. En aquél certamen, Stábile anotó ocho goles (tres a México, dos a Chile, dos a Estados Unidos y uno a los Charrúas).
Por otra parte, Mario Alberto Kempes lo hizo en el Mundial de 1978, donde los dirigidos por Luis César Menotti campeonaron. Festejó sus anotaciones en seis ocasiones: dos a Polonia, dos a Perú y dos a Países Bajos. Un año después, pero en el Sub-20, Ramón Díaz marcó ocho tantos (tres a Indonesia, tres a Argelia, uno a Uruguay y uno a la Unión Sovietica en la final) y Argentina levantó su primer título mundial en esta categoría.
Esto volvería a lograrlo Javier Saviola en el Mundial Sub-20 de Argentina 2001, donde alcanzó un nivel superlativo al anotar 11 goles: tres a Egipto, dos a Jamaica, tres a Francia, dos a Paraguay y uno a Ghana en la final. Luego, llegó un pequeño Lionel Andrés Messi, durante la Copa del Mundo de la misma categoría pero en Países Bajos 2005, marcó seis goles: uno a Egipto, 1 a Colombia, uno a España, uno a Brasil en semis y dos a Nigeria en la final, para ganar 2-1).
El más reciente había sido Sergio Agüero en el Sub-20 de Canadá 2007. El Kun había sido parte de Países Bajos 2005, pero Canadá 2007 fue su boom. Comandó a la Selección al bicampeonato y el sexto título de la categoría en la historia. Ganó el Balón de Oro y la Bota de Oro, con seis goles: dos a Panamá, uno a Corea del Norte, dos a Polonia y uno a República Checa en la final (2-1).
Finalmente, llegó la hora de Agustín Ruberto. El juvenil de River anotó ocho tantos en siete partidos, siendo el mázimo artillero del Mundial Sub-17 de Indonesia, donde Argentina se quedó con el cuarto puesto. Le metió uno a Senegal, uno a Japón, uno a Polonia, dos a Venezuela y tres a Alemania. Ruberto se convirtió en el primer argentino en obtener este reconocimiento en la categoría Sub-17. Claudio Echeverri, otra joya de la cantera del Más Grande, lo acompañó en el podio al quedarse con la Bota de Bronce.
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