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Hace días nomás, River goleó 8-1 a Alianza Lima en el Monumental. Fue el final de un semestre agridulce para el elenco de Marcelo Gallardo. Hace horas se conoció que el rival del elenco riverplatense, en 8vos de la Copa Libertadores sería el Vélez Sarsfield del Oso Pratto. Tiempo de parar la pelota y aprovechar el corto receso para luego sí, volver con todas las pilas. River ya empató en cero con Defensa y Justicia en el inicio del torneo, pero cuando Jonatán Maidana atendió en exclusiva a La Máquina River ese partido no se había jugado y él no había sido una de las figuras con el Halcón. Una vez más, Jonatán Ramón Maidana hizo lo mejor, lo que más fácil le sale y lo que casi siempre ha hecho con esta camiseta puesta: estar a la altura de las circunstancias. 

Ya son 10 las temporadas que Maidana ha estado vestido de Jugador de River. Comienzos en Los Andes, pasó por Boca y luego a Banfield y, para la 2010/11, bajo la conducción de Ángel Cappa y, luego, Juan José López, Joni recaló en River. En noviembre de ese año marcó su primer gol, que sirvió para despejar cualquier resquemor o mirada de costado: frentazo para ganarle el Superclásico al Boca de Claudio Borghi y Juan Román Riquelme, en el Monumental, un día de semana. De ahí a la eternidad de ese cabezazo en el Mineirao, a la fiereza de ese duelo ante Gignac, al póster de la final de Madrid y a ser parte del Mural que está a metros de la entrada de Figueroa Alcorta. Quizás se pueda discutir la calificación de “ídolo” para Jony – él mismo no se hace cargo de ese mote- , pero nadie podrá poner en duda, jamás, la de emblema. De esta época de éxitos Gallardiana, pero también, de aquellos felices días ramonistas e, incluso, de las sufridas jornadas bajo la conducción de Matías Jesús Almeyda, de River, bah. 

LMR: ¿Qué recordás de tu primer día en River?
JM: Tuve y tengo el privilegio de estar hace bastante en el club, una alegría enorme. Cuando llegué a Ezeiza no lo podía creer, estaba entrando al lugar de entrenamiento de un equipo grande, de los más grandes de nuestro país. Era como comenzar un sueño, me acuerdo que fue en Ezeiza. Teníamos un gran referente que era Ariel Ortega y estaba un poco asombrado por la calidad de jugadores que teníamos en ese entonces. Él era un emblema cuando a mí me tocó llegar. 

LMR: Tenés un pasado en Boca, ¿eso no te pesó en ningún momento? ¿Tenías temor a cómo te podía recibir la gente?
JM: No me tocó hacer inferiores, me tocó un paso después que tuve un recorrido por Los Andes. Forma parte de un proceso de formación y soy un agradecido a cada club por el que pase. No me tocó hacer inferiores ahí, pero sabía que quizás al principio me iban a mirar un poco de costado. Sabía que tenía que ser respetuoso con la institución, con la camiseta y entrenarme al máximo y las cosas se iban a ir acomodando. Y así sucedió. A medida que fui demostrando mi compromiso, la gente me fue mostrando más su apoyo. 

LMR: Quizás sos el jugador que mejor encierra estos 10 años de River, te tocó el peor momento del club y aquella cúspide del 9/12, ¿qué te pasa con la cabeza cuando te encontrás en esos dos momentos? ¿Qué recordás de aquellos primeros años antes de Gallardo?
JM: Pasamos por procesos que se sufrió un poco, no tan lindos, pero es parte del fútbol. En lo individual, todo sirvió para aprender, adaptarse y reponerse a adversidades. Más allá de haber tocado fondo, por así decirlo, creo que después de eso vinieron grandes cosas y un logro increíble como fue el de Madrid. Fue una linda revancha. Con todos los entrenadores que he tenido siempre fui un agradecido. Todos me han ayudado a crecer, desde lo futbolístico y desde lo humano. Eso es lo más importante para que el día de mañana, cuando uno se retire, tenga lindos recuerdos.

El vínculo con el Muñeco, siempre está.

LMR: ¿Qué fue lo primero que te dijo Marcelo cuando te conoció o los conoció como plantel?
JM: No se habló mucho en lo personal, sí le dijo al grupo que llegaba a aportar su granito de arena y enseguida puso los puntos principales. Uno se daba cuenta del compromiso que tenía y qué iba a ser exigente. Así lo demostró a lo largo de su proceso, fue creciendo y demostrando todo su potencial y su trabajo a lo largo de estos años. Hoy por hoy lo seguimos disfrutando y eso no es para nada común en este fútbol, dónde a veces la vorágine o no conseguir resultados te consume. Se supo mantener y todavía sigue demostrando que tiene bien ganado su lugar en lo más alto del club.

LMR: Después de aquella victoria ante Boca, decidiste irte. ¿Cómo le comunicaste al DT y a tus compañeros que te iba?
JM: En otros mercados había habido rumores también, y en esta ocasión se dio que existía el interés y uno quería probar si en otro fútbol también podía aportar algo y hacer la diferencia en lo futbolístico y tocó partir. Fue duro, lo hablé con Marcelo cuando llegó la oferta concreta. Él no puso trabas, no le corta la carrera a nadie como lo dice en cada nota y te acompaña en lo que decidas. Se dio de esa manera y me fui pensando que quizás no iba a poder tener otra chance en el club, pero las vueltas de la vida me volvieron a poner en este club tan importante y seguir disfrutando de este momento.

LMR: Las vueltas de la vida pero te pregunto, ¿Cómo se gestó esa vuelta? ¿Es cierto que tenías todo arreglado para ir con Verón y sumarte a Estudiantes si no se daba lo de River?
JM: Mi primera opción siempre fue tratar de volver al club y sabía que iba a ser difícil, por la competencia que hay y por los jugadores que había. Nunca me cerraron las puertas, pero siempre hubo una pausa, para ver cómo se iba conformando el plantel. Me tocó esperar un poco, hasta que Marcelo dijo que estaba la posibilidad de volver. Se dio que al final se pudo concretar. Lo de Estudiantes fueron más rumores que uno iba leyendo, pero yo no había hablado con nadie de Estudiantes.  

LMR: Pezzella, Martínez Quarta, Balanta, Funes Mori, son todos apellidos que tienen en común haber logrado saltar a Europa desde River y jugando con vos al lado, ¿es cierto que Maidana vende centrales?
JM: Tuve la suerte de haber compartido con todos ellos desde sus comienzos, la mayoría salieron del club y fueron creciendo. Los fui teniendo de compañeros y a veces uno escucha en sus declaraciones que fueron creciendo al lado mío. Uno fue aprendiendo con ellos, no creo que yo los haya “vendido” ni mucho menos. Yo crecí con ellos y ellos hicieron la diferencia y dieron el salto para poder jugar afuera. Creo más que nada que yo crecí a la par de ellos, no creo haberlos “vendido” ni haber influido para que ellos se ganen esa chance.

El duelo ante Gignac, se sacaron chispas en la final de la Libertadores 2015

Recuerdos que no voy a olvidar…

LMR: ¿Qué pensas aquella noche que viste que tu cabeza era gol contra Cruzeiro?
JM: Fue un momento muy lindo, por lo que significó. Era un respiro importante para el equipo, que estaba haciendo un gran partido. Fue un lindo gol que me tocó convertir y nos dio un poquito de aire para afrontar el segundo tiempo. No estaba nada cerrado, pero ayudó a darnos tranquilidad. Fue muy lindo.

LMR: También en aquella Copa 2015, en la final, tuviste un mano a mano casi furioso con André- Pierre Gignac. Por la jerarquía del rival y al tratarse de una final de Copa, ¿fue el mano a mano más complicado que tuviste?
JM: Sin dudas que fue de lo más bravo que me tocó. Es un jugador de primer nivel, con todos los condimentos que tenía. Fue de los jugadores que más me ha costado marcar, pero en ese partido todos nos ayudamos. Si bien por ahí tuvimos algunos cruces, algo normal de los partidos, lo que recuerdo es que esa final, tanto en la ida como en la vuelta, Mercado aportó y ayudó, y Funes Mori y Vangioni también. Era una tranquilidad tenerlos ahí al lado. 

LMR: En diciembre de ese año se ganaron el legítimo derecho de enfrentar al Barcelona de Messi, Neymar y Suárez, ¿cómo fue marcar a esos monstruos?
JM: La verdad que tuvimos la posibilidad de jugar ese partido. Fue increíble. Una linda experiencia. A nivel equipo estábamos bien, con muchas ganas, muy lúcidos, pero enfrente teníamos a estos jugadores que estaban atravesando uno de sus mejores momentos. Por momentos hubo alguna diferencia, sobre todo el segundo tiempo, pero intentamos hacer lo mejor posible en los ‘90. No alcanzó, pero todos terminamos con la cabeza en alto porque se intentó dar lo mejor

LMR: ¿Fue mano de Messi el primer gol del Barcelona?

JM: Pareció, pareció sí. Fue rápida. Más allá de eso, él es uno de los mejores, uno se da cuenta en los toques, en cómo marca cada jugada, no influyó en cómo fue el partido. 

LMR: Hablaste que estaban lúcidos para enfrentar el partido, ¿en 2018 quizás no tanto? Lo de Boca había pasado hace pocos días y daba la sensación que estaban enganchados en ese partido
JM: Al terminar la final con Boca es normal. No sé cuánto tiempo estuvimos esperando que se juegue, que se jugaba acá, afuera, al final se viajó. Ya sabíamos que ese partido iba a quedar en la historia. Al ganarlo y cuando terminó, fue como un alivio muy grande. No digo que bajamos la tensión, pero es normal. Después de tanta euforia y tanta espera de ese partido, es normal que eso haya pasado. Eso nos jugó una mala pasada contra el Al- Ain, pero no hay excusas: no estuvimos en nuestro día y no pudimos pasar ese partido que nos hubiera permitido jugar una final. 

Siempre competitivo, Maidana no busca (ni encuentra) excusas ante las derrotas de River

LMR: Si tuvieras que resumir aquel partido frente a Boca en una imagen, ¿cuál sería?
JM: (Piensa) La de todos los muchachos festejando. Enzo que se tiró al piso, al corrida del Pity en el tercer gol, el Oso Pratto saltando encima de Buján. Hay imágenes sueltas que sí, uno las recuerda. Las ve en la TV que se repiten y demás. Fue una explosión de alegría para resumirlo

LMR: Cuando Pity se iba para el tercero…¿recién ahí sentiste que el partido estaba ganado o ya cuando Juanfer metió el segundo sentiste que no se podía escapar?
JM: Hasta que el árbitro no tocó el pito no nos relajamos. Más allá que el tercer gol sentenció un poco todo, los sentidos seguían en alerta hasta que el árbitro no pite el final. Habló ahora y me acuerdo (hace una pausa), fue una experiencia inolvidable que va a quedar en el recuerdo varios años.

LMR: Una experiencia que convertiste en tatuaje, tenés un tatuaje con el 9 del 12 y tenés otro con la fecha del ascenso. ¿Cambiarías algo de la temporada 2011/12 sabiendo que después vendría Madrid o no?
JM: Los tengo plasmados en la piel, porque me gustan los tatuajes y porque los quería llevar conmigo por siempre. No cambiaría nada. No me arrepiento de nada y todo lo que pasa es por algo. Me tocó estar en esos momentos, los tristes y los muy alegres y de todo se aprende a nivel humano y deportivo. 

LMR: Vos decís que te hiciste un tatuaje para eternizar la fecha y hay otras personas que también te eternizaron a vos, pero en un mural a metros del estadio, ¿qué sentís cuando ves eso o cuando lo viste por primera vez?
JM: Vi la imagen cuando se inauguró. No lo podía creer. Es algo muy loco que uno pueda estar en el recuerdo de muchos de los hinchas en un club tan grande, con tantos ídolos y todo lo que eso significa. Tener un rinconcito en el corazón de los hinchas es algo muy loco, uno nunca se lo imaginó cuando arrancó el sueño de ser futbolista. Son experiencia que uno va teniendo y va acumulando. Es algo increíble. 

LMR: ¿Cómo fue ese período en que estuviste fuera del club? ¿Seguías charlando con tus ex compañeros? ¿Te pudiste despegar fácilmente de lo que es River?
JM: A mí me costó. Me costó despegarme, intenté ser lo más profesional posible y brindarme a pleno en Toluca. Pero me costó. Hablaba siempre con Leo, con Enzo, con Poroto, nos mensajeamos siempre. Seguí al equipo como le iba, cómo le estaba yendo. Desde que me fui hasta que volví siempre estuve interiorizado de lo que pasaba en el club. 

Falta Armani, pero estos son los referentes de River post-Ponzio. Y Jony, claro, está entre ellos.

Nueva etapa y nuevo rol, de titular a referente

LMR: A poco que retornaste se retiró Leo Ponzio, un gran referente del club, ¿se sintió, se siente? ¿Estás ocupando ahora un poco el lugar de referente de los más chicos luego de su salida junto con Javi Pinola?
JM: Al plantel y al club se le fue un gran referente como Leo, que conocía y manejaba todo de maravillas. Pero los que fueron quedando y los que quedan intentamos seguir esa línea. El respeto, el trabajo, de no llevar conflicto al vestuario y manejarse siempre de buena manera y siendo serios. Eso es un legado importante que ha dejado él y cómo llevaba adelante su perfil, siempre fue muy correcto. Se lo extraña y se lo extrañó más en los primeros tiempos, pero él ya nos venía comentando que estaba evaluando la posibilidad de dejar de jugar. Los que están son buenos referentes, e intentamos no cambiar nada y seguir de esa manera: trabajando y pensando en el club que representamos. 

LMR: Compartiste la cancha con muchos cracks, apenas al llegar me nombraste a Ortega, ¿cuál fue el compañero que más te sorprendió en los entrenamientos?
JM: Te puedo nombrar muchos, si me pongo a detallar. Pero me acuerdo de la técnica de Lucas Ocampos, Lamela, en el aspecto defensivo el Chino, que ya demostraba que iba a ser un crack. Hay muchísimos, muchísimos, sólo mencioné un puñadito.

LMR: ¿Cómo es ser dirigido por Gallardo en el día a día?
JM: Cómo se lo ve y cómo él transmite cada pensamiento y lo que va formando a través de los años. Es un técnico serio, que siempre quiere crecer, que no se conforma con nada, que siempre va por más y el que esté en sintonía con eso y tiré para adelante, siempre tendrá la posibilidad. En lo personal me ayudó a seguir creciendo como futbolista, cuando me tocó jugar y ahora, que quizás me toca apoyar desde otro lugar, pero sigue exigiendo igual. Esa es una faceta muy importante de él y que ojalá nunca la cambie

LMR: Te imaginás un día llegar al entrenamiento y que el técnico sea otro, ¿el jugador de River piensa en ese día?
JM: Hoy por hoy no lo pensamos y el hincha tampoco quiere pensar eso. Vivimos el día a día, intentamos disfrutar eso. Si uno se pone a pensar eso, entras a desgastarse o no disfrutás de lo que te toca hacer. Quizás nos va a tocar, pero no pensamos en eso.

LMR: Contra Boca te tocó disfrutar seguido, tenés estadística a favor e incluso un Superclásico se ganó con gol tuyo, ¿qué significa para vos tener esta historia ante el clásico rival?
JM: Es algo lindo, algo importante, algo de lo que hablar cuando uno se retire. Podré decir que estuve en varios clásicos, es muy difícil en este fútbol tan competitivo. Cada partido intenté disfrutar siempre de la mejor manera.

Jony y su emoción cuando le dijo adiós a River para irse al Toluca de México.

LMR: ¿Te considerás un ídolo de River?
JM: No, la verdad que no. Sí considero que en cada lugar que voy el hincha me brinda su cariño, su apoyo y tiene lindas palabras hacía mi. Siempre me tira la mejor y me da su cariño. Pero ídolo es una palabra demasiado grande, y no creo estar ahí. 

LMR: EL día de mañana cuando cuelgues los botines, ¿te gustaría seguir ligado a River?
JM: Si bien uno ya está en la etapa final , los últimos años como profesional, en este momento no pienso más allá. Sí en el día a día, en ir semana a  semana, uno se pone plazos cortos, ver cómo va el semestre, cómo termina. Con qué ganas y demás. Es difícil a veces seguir ligado a un club y uno tan prestigioso como River, pero si uno se prepara, tiene las ganas y lo desea, quizás se pueda lograr. Sería un privilegio para mí, pero no sé lo que pueda pasar de acá a algunos años o un tiempo más adelante.